Por Nacho Eguiarte

Prácticamente todos los hoteles de cualquier destino y de cierta categoría, te ofrecen las famosas amenidades que no son otra cosa que cortesía en artículos de aseo personal, tales como shampoo, loción corporal, jabón, algunas veces hasta algún kit de costura o gorras de baño. Además de servirnos de ellas para hacer más placentera nuestra estancia o evitar cargar ese tipo de cosas en la maleta, las amenidades del hotel pueden dar otro servicio posterior.

Dosificadores. Al regresar a casa con tus amenidades puedes usarlas hasta que se terminen y rellenar los mismos envases con tus productos para que te sirvan y dosifiques cantidades, haciéndote ahorrar por consiguiente. Esto es especialmente válido ahora que es tan común comprar en sitios por cantidades grandes (clubes de precios). Al dosificar evitamos desperdicios además que nuestro organizador de regadera luce mucho más desahogado y evitamos el riesgo de que una botella de 1 litro nos caiga en nuestro pie desnudo.

Visitantes. Cuando hospedamos visita en casa me gusta dejarles algunas amenidades como para que sientan que mi casa les puede ofrecer la experiencia de un pequeño hotel. Usando los envases de amenidades me resulta muy fácil darles ese extra en su estancia para que lo disfruten mucho más. El detalle coqueto es dejarles una canastita con los productos a los que puedes reetiquetar en la recámara donde los instalarás para que sientan que pensaste en cada detalle de sus estancia. Puedes comprar etiquetas para imprimir o con formas para el reetiquetado o hay islas en los centros comerciales que hacen ese tipo de trabajo por módicas cantidades.

Viajeros. Para tu próximo viaje serían fabulosos. Yo siempre utilizo estas amenidades en viajes a los que llegaré a casa de amigos en lugar de hotel así, si hay un derrame por el maltrato a la maleta será mínimo, además los pongo en bolsas resellables para minimizar riesgos. Con esto me evito cargar tamaños que por restricciones de peso en las aerolíneas o de espacio en las maletas serían un desperdicio.

Deportivo. Tal como sirven para un nuevo viaje, ayudan para la maleta del gimnasio o la natación. Las dosis pequeñas en estos envases ayudan a no cargar peso muerto en la maleta haciendo tu tránsito a tus actividades más sencillo. Incluso para tener en la oficina porque nunca sabemos si hay necesidad de un poco de loción de manos o un jabón extra.

Lo que si es importantes es no acumular por acumular, la idea es que tengan una utilidad, guardarlos como colección de recuerdos es un gran NO a estas cortesías. ¿Cuándo regresas de viaje cargas con las amenidades?

El artículo “Cortesía del hotel” primero apareció publicado en el Blog de Organización NACHOrganiza