Por Nacho Eguiarte

La frase “Hoy voy a cambiar” seguro al recuerdan muchas mujeres y también muchos hombres, era la primer frase de una canción icónica de Lupita D’alessio en los años ochenta. La canción se llama Mudanzas y habla de los cambios que tiene que realizar como parte de su crecimiento como mujer. Bueno nosotros hablaremos de algo más banal, una mudanza real, de esas en las que llevas tus pertenencias de una casa a otra.

Es muy sencillo que el nivel de estrés antes y durante una mudanza se eleve por los cielos. Planificar es el mejor antídoto para que no ocurra. Tener todo estudiado, previniendo y marcando por calendario son herramientas para hacer la transición del cambio de residencia más suave y menos accidentado.

Antes de mudarse. Considera esto, cambiarte de casa es un buen momento para hacer un desabarrtamiento de las posesiones. El momento perfecto para decidir que se acopla al nuevo sitio y que no, que cosas usas y que dejaron tiempo atrás su utilidad. Semanas antes de mudarte decide que se va al nuevo domicilio y que puedes vender, donar o tirar de lo que tienes; con ello aligeras la carga y empacas menos cosas. Empieza también a investigar sobre servicios de mudanza y fletes, pide cotizaciones o empieza a buscar quién tiene una camioneta que pueda prestarte y que personas te pueden ayudar. En mi opinión es preferible que hagas el esfuerzo económico de contratar una mudanza o flete para que tu cuerpo no te cobre las inclemencias de bajar y subir la lavador, el refrigerador, los muebles e innumerables cajas de todos tamaños y pesos. Consigue las cajas o cómpralas en caso necesario. Es importante que vayas empacando y marcando las cajas, lo ideal es empezar por aquello que no utilizas y que las cajas se categoricen por la habitación a la que están destinadas en el nuevo hogar; de ese modo al menos las cosas estarán en su lugar aunque no estén fuera de la caja. Procura no hacerte de cajas muy grandes, resiste a esa tentación, es mejor muchas cajas pequeñas que no dificulten su traslado a grandes cajas que propician maniobras riesgosas. Lo frágil envuélvelo muy bien y márcalo con tal. La ropa puedes transportarla en maletas para que no sea arrugue y lo de gancho agrúpalo en paquetes manejables que solo cubras con una bolsa plástica y un poco de cinta para que tal como sale de un clóset llegue al otro.

Durante la mudanza. Ten a mano cualquier documentación importante, cosas de valor como joyas, facturas, tarjetas de crédito, etc. Ese tipo de artículos cárgalos contigo siempre para que no vaya a haber un problema de pérdida o robo. Cosas de mucha fragilidad o especial apego sentimental trasládalas tu mismo. Tus mascotas siempre con collar y datos de identificación pues para ellas es particularmente estresante, además que se pueden extraviar, si puedes mejor llévalas en una transportadora y procura que sea al final de la mudanza para llegar e instalarles en su nuevo espacio ya que no tengas que salir para nada. Las plantas también son de cuidado, protégelas y llévalas como carga preciada. Una recomendación muy importante es que tengas preparada una caja o bolsa con cosas elementales como jabón, papel higiénico, algunas galletas, agua, fruta, analgésicos, curitas, etc., de modo que sirva como despensa básica en lo que acomodas el resto de las cosas.

Recuerda. Cancela servicios que estén a tu nombre en el domicilio que dejas para evitar malos usos; haz los contratos de los nuevos servicios que requerirás. Cambia anticipadamente la correspondencia de banco, tiendas departamentales etc., para que no vaya a suceder un caso de robo de identidad. Las llaves de ambos sitios guárdalas en todo momento contigo para que no te quedes fuera de ninguno. Consigue amigos y familiares para hacer el proceso de muda más divertido y relajante pero adviérteles que tú determinas el ritmo. ¿Qué experiencia has tenido en tus mudanzas? ¿Podrías recomendarnos alguna compañía de fletes o mudanzas?

El artículo “Hoy voy a cambiar pero de casa” primero apareció publicado en el Blog de Organización NACHOrganiza