“Antes, los padres sabían de lidiar con niños y consecuencias para aprendieran que cada acción conlleva una responsabilidad. Hoy luce difuso ese aprendizaje”

Muchas eran las amenazas de mamá cuando hacíamos travesuras. Deja que llegue tu padre, no vas a salir si no aseas tu cuarto, no me hagas enojar, guarda la lágrimas para cuando me muera. Papá no se quedaba atrás, castigaba el dinero de tu domingo, guardaba bajo llave tu juguete preferido, te hablaba severo y obligaba a disculparte por las ofensas hechas. Niños y consecuencias de su conducta no eran cosa separada. Se nos enseñaba claramente, que si nos portábamos mal, habría castigo, máxime si la rabieta la hacíamos en público.

NIÑOS Y CONSECUENCIAS
Imagen vía Morguefile

Mi padre alguna vez hizo esto; mi hermano y yo nos comportamos mal en alguna salida a misa o al restaurante, no recuerdo muy bien la circunstancia. Lo que si recuerdo es que nos miró con ojos de enseñanza, para no decir con ojos de te va a costar. No dijo palabra alguna,  regresamos a casa, tomó una bolsa grande, colocó en ella los juguetes de ambos y cerrando la bolsa, la puso en el bote de la basura. Sobra decir que nadie se atrevió a sacar un solo juguete de la basura.

¿Cruel? A los ojos de un niño probablemente; en perspectiva no lo creo. Hacerle ver al niño o incluso al adolescente, que cada acto en la vida tiene repercusiones puede ser complicado, sobre todo porque vivimos en una sociedad basada en que ahora, los niño padecen “traumas” si no les compras la consola de videojuegos más moderna que hay, si les reprimes en voz alta, si los conminas a hacer la tarea; es más si la maestra manda una nota por mal comportamiento, vamos al colegio y casi demandamos a la maestra por acoso. Así de extraña está la educación hoy día. Me gusta clarificar, educación es lo que recibimos en casa de parte de nuestros padres; valores académicos y conocimiento los que aprendemos en la escuela.

[Tweet “¿Qué hace que los padres hoy día olviden que hay que ponerle límites a los hijos?”]

Volviendo a la supuesta crueldad de papá; nos hizo ver que al portarnos mal, lejos de darnos una nalgada para aprender, tomo revancha en algo que nos dolía realmente, nuestras pertenencias. Así aprendimos modales para con los demás. A él seguro le dolió educar a sus hijos tirando a la basura, cosas que le costaron dinero y trabajo.

Muchas maneras hoy día existen para responsabilizar a los chicos, la cuestión es que las apliques. Un día me tocó que un niño prácticamente zapateara sobre la mesa de un restaurante, a manera de berrinche, los padres probablemente acostumbrados al proceder del angelito, ni chistaron, inclusive al ver que el resto de los comensales estábamos atónitos ante tal espectáculo; se limitaron a encogerse de hombros y decirle tiernamente al niño que dejara de hacerlo. Claro que el niño prosiguió, pues al no haber limitaciones ni consecuencias por sus actos, no veía el motivo para detenerse.

NIÑOS Y CONSECUENCIAS
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¿Cómo puedes poner límites?

  • No les des la clave Wi-Fi a tus hijos a menos que colaboren con las tareas de la casa.
  • Cuando compres videojuegos, tabletas, o cualquier tipo de tecnología, ponlos bajo llave y solo podrán ser usados cuando los niños se muestren merecedores o cuando ya hayan forjado un carácter de responsabilidad.
  • Salidas a los cines, parques de diversiones, serán a cambio de buen comportamiento, no un método de chantaje para que se porten bien. El chantaje nunca sirve.
  • Mantén una estructura en los tiempos para jugar, para estudiar y para labores de casa. La falta de una estructura hace que los niños y adolescentes desconozcan la disciplina y el esfuerzo.
  • Sobre todo, predica con el ejemplo, no puedes esperar que tus hijos sean educados si los padres no lo son, recuerda que no puedes pedirle peras al olmo.

¿Usas alguna técnica especial para educar a tus hijos? ¿Cómo les haces ver el valor de sus actos y sus consecuencias? Niños y consecuencias, un tema que da mucho para hablar. Al final de cuentas debemos saber que si bien somos libres de actuar como queramos, siempre seremos esclavos de las consecuencias que provocamos.