Hace mucho tiempo hemos tenido en la cabeza la idea de hacer un viaje por Europa, brincar el charco como vulgarmente decimos. La razón por la que no se ha materializado esa idea se debe a dos factores principales, el costo y la planeación. El costo al final queda relegado por la planeación, ya que si no se planea y establecen los pasos a seguir, la idea no podrá materializarse, sea costosa o no. Esta semana por fin hemos decidido ponerle tiempos, formas, métodos o como quieras llamarle; ya por fin hemos dado el primer paso para materializar ese sueño acariciado entre nubes inmateriales.

La decisión ha sido realmente fácil, hemos dicho hay que hacerlo y dimos el primer paso. Para la meta propuesta empezamos después de dar el sí por reunir la información necesaria por medio de un catálogo de viajes que explica las duraciones, itinerarios, costos, etc.; además partimos de la base de buscar también información en la red sobre las mejores temporadas, opciones alternativas, etc. Marcamos una fecha probable que sería la segunda mitad del próximo año. Con todo ello el portafolio de este proyecto ya está tomando forma. Por lo que quiero compartir como podemos organizar nuestros sueños y metas para que tengan un feliz término.

Idea. Primero como todo tienes que tener una idea en tu cabeza, sin esa idea no podrás ensoñar porque simplemente no sabrás que es algo que deseas. Teniendo la incepción de la idea, puedes acariciar todos los panoramas posibles, sensaciones, emociones, etc. Sentirás que tu cuerpo se impregna de olores e imágenes que conseguirán que ansíes realizar el sueño.

Decisión. Es curioso que todos tenemos muchos sueños en nuestras cabecitas locas, pero es más curioso que la mayoría se quedan en un sueño porque nunca tomamos la decisión de ir por él. Decide que sueño materializar y grítatelo, quiero hacer realidad esto. Declarar que quieres perseguir ese sueño ayudará a dar el primer empujón en la dirección de su realización.

Información. Dado el paso de decidir, ahora viene la hora de recabar la información necesaria, no vayas a tontas y a locas por la vida, requieres tener el respaldo necesario para saber en la empresa que te estás involucrando. Infórmate, como yo, si es un viaje, con folletos, sitios de internet; si es un negocio, las oportunidades del mercado, las restricciones legales, los costos de operación. Ahora si se trata de estudiar, pues acércate a diferentes Instituciones que te apoyen con documentación, tal vez lo tuyo sea un pasatiempo, pues busca un club donde practiquen esa afición. El punto es que te informes, para que no te sorprendas de nada, pues toda cosa en la vida es como una moneda, tiene dos caras.

Planear. Ahora bien, recabada la información, tendrás que depurarla y quedarte con lo bueno o útil, así pasaras a planear los cómo, los cuándo, los cuántos, los qué. La planeación te lleva a establecer las preguntas y sus respuestas, así estimas la verdadera magnitud de tu proyecto.

Fechar. Ya con el plan concebido, ve calendarizando cada uno de sus pasos, dando espacios de tiempo por contratiempos posibles, para que sepas en cuanto tiempo tienes que tener listo el capital o los documentos oficiales o la junta de iniciados, según de lo que trate tu proyecto. Dejar un plan de acción sin fechas es dejar que la ambigüedad tome eventualmente el control de tu sueño y termine retrasándolo o en el peor de los casos rompiéndolo a pedazos.

Cumplir. Este punto es lógico, obvio, evidente, si no cumples con tu plan y sus plazos pues el sueño no se materializa, por lo que si sientes que te retrasas, que vas de reversa o que te detienes, respira profundo, analiza la situación y si es necesario replantearte el esquema hazlo, tu sabes hasta que punto puedes estirar la cuerda sin reventarla o hasta donde soltarla sin dejar que arrastre.

No rencores. Que extraño te parece este punto, pero creo que es necesario mencionarlo. Todos sabemos que la vida es un ente “vivo”, vamos es cambiante, tiene su propio paso, a veces coincide con el nuestro y a veces no. Si tu sueño llega a perderse en ese continuo caminar y no se vuelve realidad, no te aferres, hay cosas que están hechas a nuestra medida y hay cosas que no, como la ropa; no podemos forzar un traje a que nos quede bien si no es de nuestra talla, por lo que si es necesario dejar ir, deja ir con la consciencia de que tu pusiste tu esfuerzo y eso te llena de satisfacción. Muchas veces sucede que al dejar las manos libres de lo que aferramos llegan a ellas cosas que son más valiosas que aquello que sosteníamos, otras veces no implica un cambio de planes pero si un cambio de tiempos.

La vida es un rompecabezas con muchas piezas, cada una cae en su correcto lugar a su debido tiempo, por lo que los sueños cuando los procuramos terminan siendo realidades aunque a veces sean ligeramente distintas de cómo los habíamos supuesto.