Los objetos que usamos en la vida diaria se crean para cumplir con un fin, ya sean para rallar verdura, dormir confortablemente, guardar los lápices. Pero sucede que aunque esas cosas tienen una apariencia que todos asociamos con la función que cumple, estas no se limitan a un uso particular cuando pensamos un destino más creativo más para lo que fue creada.
Cuando me propongo un nuevo proyecto de organización, me gusta dejar suelta la rienda y dejar que los objetos me hablen diciéndome que requieren como su cuna perfecta para su acomodo así consigo con menos dinero y menos vueltas de compras para ello las imágenes ilustran más que las palabras.
Zapatera textil como jardín vertical (Por Alfredo Peña)
Zapatera de plástico transparente como organizador de controles remotos detrás de una puerta
Botes de lámina cilíndricos o rectangulares para almacenar borlas de algodón, ungüentos, accesorios de rasuradoras.
Cofre artesanal heredado de la abuela para colocar los hisopos de algodón.
Cajitas de lámina de aromatizantes o dulces para guardar artículos de costura.
Organizador de cubiertos usado para acomodo de lápices, plumas, marcadores.
Empaque original de un juego de sábanas para guardar los accesorios de la aspiradora.
Dos ventilas viejas y un par de clips de pared para lograr un portarretrato.
Estuche recuperado de diskettes de 3,5” como tarjetero.
La copa que quedó viva de todo el juego como recipiente para retoños de plantas.
Hoy en día que es necesario pensar en la ecología y como reducir nuestra huella en el medio ambiente, reutilizando lo que tenemos a mano, sobre todo cuando queremos organizar nuestro entorno. O cuando queremos comprar cosas nuevas para organizar no tenemos que pagar precio completo solo porque algo que fue creado ex profeso para organizar cuesta el doble de algo cuya finalidad es otra pero se parece y cuesta la mitad.