“La primavera se siente y me susurra una cosa, tiempo de dejar claras las verdaderas resoluciones de vida, no las ornamentales de enero al iniciar el año”

He tocado el tema con anterioridad, las resoluciones de vida que suelo hacer, las hago en marzo; mejor dicho, las voy estableciendo, conforme el arribo de la primavera. Es una cuestión gradual, ni comienza el primer de marzo, ni tampoco el 21, fecha que los calendarios dicen que las golondrinas ya están anidando. Este concepto lo empecé a aplicar hace tiempo ya, la verdad no recuerdo desde cuándo. Solo recuerdo que en alguna entrevista de televisión, cierta mujer hablaba de lo ilógico que le resultaba, hacer resoluciones de año nuevo; pues al final de cuentas el invierno estaba en su apogeo; no se veía o sentía el renacer primaveral, que de cierto modo anuncia el triunfo de la naturaleza ante el declive del frío.

RESOLUCIONES

En aquel momento se me hizo muy lógico, resonó en mi cabeza que debiéramos regirnos un poco más por la naturaleza, y un poco menos por la fecha de celebración que marca el inicio de un calendario, mientras otro se termina. Ahora, no digo que no haga ciertas resoluciones, que he llamado ornamentales, o buenos deseos para el año que inicia. Las hago pero con la mente clara, que mis resoluciones más importantes son las que voy estableciendo, conforme el clima va siendo más benevolente, más de primavera y menos de invierno.

RESOLUCIONES

Si bien no soy de hacer listas largas de buenas intenciones, tengo dos o tres bien claras siempre. Para ser un poco más claro en mi ejemplo, te mencionaré tres deseos que aparecen en la mayoría de las listas de año nuevo. Junto a ellos un poco de mi punto de vista, del por qué resulta complicado darles seguimiento.

Bajar de peso / Comer saludable. Casi todos ponemos esta buena resolución, el problema es, que siempre olvidamos que después de la deliciosa cena de año nuevo, viene el recalentado, la Rosca de Reyes con chocolate caliente, los tamales que tocaron pagar para la fiesta de La Candelaria. Sinónimos todos de calorías rampantes. Por más que hacemos el intento, jamás medimos el molinillo de la boca y la dieta que empezaba el 1º de enero se fastidió por completo. No sé si tenga que ver con que necesitemos aún llenar el cuerpo de calorías para aislarlo del frío o solo es un mal hábito, pero creo que sería más sencillo empezar la dieta, cuando el calorcito se deja sentir y nos apetecen de manera natural, ensaladas y alimentos frescos y ligeros. Además que vemos más cerca las vacaciones de Semana Santa y buscamos entrar en el bikini.

Estudiar algo nuevo / Capacitarme para el trabajo. Enero el mes para soñar, aunque los sueños sean guajiros, son sueños. Yo también sueño con aprender muchas cosas. El detalle pequeño es que casi todos los institutos comienzan periodos escolares nuevos para fines de febrero o marzo, poquísimos lo hacen en enero. Claro queda la posibilidad de los cursos en línea pero hay que tener mucha disciplina para estudiar en un sistema no tradicional. Otro punto en contra es que cuando se trata de escuelas más formales o de niveles superiores, por lo regular las inscripciones comienzan entre 4 a 6 meses antes de tomar las clases. Eso nos deja que si quisieras empezar el año estudiando es por la resolución se tomó mucho antes de cambiar la hoja anual de calendario. Enero puede servir más bien para vislumbrar que hay en el panorama educativo y en febrero tener listos los arreglos para en marzo estudiar.

Ahorrar / Pagar Deudas. ¿Cuánto gastaste con tu tarjeta de crédito en regalos de Navidad? ¿Te ajustaste a presupuesto y gastaste solo lo que tenías de contado? Aquí la cuestión comienza a cobrar sentido por si sola. Si no tienes un plan financiero estructurado, va a ser muy complicado que puedas ahorrar o pagar deudas, ya no mencionemos ambas. Tener educación financiera es más importante porque debes entender que es un plan a largo plazo, te lo digo como comprador compulsivo rehabilitado. Es un proceso que puede durar años, por lo que anhelarlo si bien es válido, es complicado. Mejor arma tu plan financiero que no dependa de una fecha o un impulso, sino de una situación razonada.

RESOLUCIONES

Entonces, no te sientas deprimido por no realizar desde el primer día del año tus resoluciones, si te dejas llevar por un flujo natural, puede que haya más probabilidad de éxito pues tu mente y cuerpo se llenan de energía con la llegada de la primavera. Ahora que, si a ti te resulta seguir el método convencional, es bueno, la cuestión es no quedarnos de brazos cruzados.