Yo comentaba hace una semana, que no pensaba establecer propósitos de año en enero, que mucho había visto sobre la incongruencia que eso plantea a nivel de la naturaleza, cuando el amanecer natural de las cosas se da en primavera. Sigo firme en ello, no crean que cambié de opinión, pero me quedé pensando que hay gente que tiene esa costumbre de hacer su lista en el primer mes del año, cosa muy respetable. Aunque sea el último día del primer mes de 2013, decidí darte unos consejos simples para que establezcas tus propios propósitos, sean hoy en enero o después en primavera o cuando tu consideres más oportuno, total cada cabeza es un mundo y si respetáramos esa máxima podrías vivir más en armonía.

Tener un plan. Más que solo hacer una lista de buenos deseos o propósitos debes acompañarlos con un plan de acción. Puedo decir que quiero bajar de peso y esperar a que suceda o puedo decir que quiero bajar de peso y que la dieta que seguiré es baja en carbohidratos y estará acompañada de una rutina de ejercicios diarios de 30 minutos. El propósito sin plan de acción termina siendo estéril. Recuerdo una anécdota de un amigo que se compraba bebidas en lata como sustituto de comidas, al preguntarle por teléfono que hacía como aperitivo de charla, contestaba, “Nada, aquí adelgazando” Ciertamente la bebida no hacía el trabajo si él no se comprometía a algo más que soñar adelgazar.

Poner una fecha. Para los propósitos no podemos establecer fecha y hora como las citas con el médico o el dentista, pero si podemos establecer periodos de tiempo en lo que se han de completar las tareas en mano. No podemos decir que este año aprenderé francés si no hago por definir un tiempo en el que al menos ya sepa decir bon jour. Establece tiempo realistas para cada propósito, muchos de esos propósitos no tienen por que cumplirse en un año, tal vez algunos necesiten más tiempo para conseguirse.

Centrar la mente. “Eyes in the prize” una frase muy americana, muy cierta también. Centrar la atención en lo que se quiere o traduciendo, los ojos en el premio, es la manera de garantizar que tendrás éxito. Divagar no conduce a nada que no sea la dispersión de la mente. En materia de metas es necesario que mantengas bien centrada tu mente para que todo te vaya conduciendo a ese punto.

Con actitud. La actitud lo es todo, con una mala actitud la colina se vuelve montaña, con buena actitud la montaña se convierte en una cuesta más asequible. La vida es tan complicada que no debemos insistir en complicarla más, por eso si queremos conseguir aquello que nos proponemos es más sencillo si ponemos una buena cara y una sonrisa, especialmente cuando las cosas no marchen todo lo bien que quisiéramos. La actitud es la herramienta más importante para mantenernos motivados. Habrá momentos en los que caigamos pero si nos levantamos, nos sacudimos las rodillas y silbamos una melodía pronto las lágrimas de nuestros ojos se secará por el aire en nuestra casa y veremos brillar de nuevo el sol o las estrellas según sea el caso.

Cero complicaciones, mucha actitud y realismo para obtener éxito en nuestros propósitos, así que si eres de los que se proponen algo en enero, recibe febrero con toda la energía del mundo.