Sentir apego emocional a personas, cosas y sentimientos es natural. Lo que no lo es, es sentir como ese apego nos drena la energía y la alegría de vivir.
El apego emocional lo ejercemos todos, tanto hacia las cosas, las personas, los sentimientos. No es algo negativo, al menos si no interfiere con nuestra vida diaria o nos hace sentirnos tristes por tenerlos de compañía. Esto es espacialmente cierto cuando se trata de apegos emocionales. Ante tal situación es importante reconocer y entender las emociones que nos causan, de tal modo que podamos trabajar con ellas, liberándolas.
Apego Negativo A Cosas
Cada cosa que compramos, cada objeto que nos regalan, tienen un valor emocional. Este valor lo determinamos en función del esfuerzo para conseguir las cosas o en el caso de los obsequios, la persona de quien viene, si está cerca o no, viva o muerta. ¿Cómo Saber Si Mi Apego A Las Cosas Es Negativo? Creo que la respuesta es más simple de lo que pareciera a simple vista. Aquello que lejos de darnos placer o alegrías, puede ser un objeto que nos genere negatividad. Una prueba muy simple para saberlo es la siguiente:
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Toma un objeto que no tiene valor emocional para ti.
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Cierra tus ojos
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Mientras sostienes el objeto, analiza las sensaciones físicas que te transmite ¿Es dolor, es cansancio, es entumecimiento, te llenas de energía?
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Sin abrir los ojos, pon atención a las reacciones sentimentales o recuerdos que evocas. ¿Tristeza, alegría, depresión?
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Al final abre tus ojos y si las reacciones sentimentales y físicas son más desagradables que agradables, podrás entonces entender que el objeto en cuestión, lejos de aportar algo a tu vida, te está robando energía valiosa.
Con ese análisis podrás tomar decisiones más fáciles, porque o que pretendemos en la vida es que las cosas nos generen paz, alegría, belleza, no que nos succiones la vida. El ejercicio no debe ser prolongado, es cosa de sostener los objetos por breves segundos para apreciar las reacciones inmediatas, si dejamos pasar mucho tiempo, empezaremos a fabricar mentalmente las reacciones y quizá hasta justifiquemos el dolor que nos cause una pieza.
Apego Al Pasado
Hay pasados gloriosos, hay pasados tortuosos. El apego en cualquier caso viene sujeto a lo que tenemos por presente. Si el pasado era mejor que el presente lo añoraremos, si el pasado es peor que el presente o incluso igual viviremos a la espera del futuro. Miraba el fin de semana un mensaje en un póster. Este decía palabras más palabras menos lo siguiente “Cada minuto que pasas enojado, estás perdiendo 60 segundos de felicidad” Y me gustó mucho la frase porque habla precisamente de que debemos vivir en el presente.
[Tweet “Dicen que la depresión es el exceso del pasado y la ansiedad el exceso de futuro, el presente entonces es el justo medio.”]
Cada que vivimos en un tiempo distinto del minuto que vivimos, aumentamos las posibilidades de perder la verdadera intención de la vida que es vivirla, no imaginarla ni recordarla, vivirla. Es cierto que hay sucesos muy nocivos de nuestro pasado, que en ocasiones requieren ayuda profesional, tal como terapia psicológica, consejería, atención psiquiátrica, etc. La verdad es que debemos hacer las paces con nuestro pasado para gozar el presente. Yo se que no es como un objeto que nos lastima al que podemos tirar o romper, porque el pasado siempre está ahí. También se que cuando hice las paces con los eventos desagradables de mi vida, pude tener un ahora más pleno y sobre todo sin generar demasiada ansiedad por el futuro.
Dicen que la depresión es el exceso del pasado y la ansiedad el exceso de futuro, el presente entonces es el justo medio. ¿Tú qué opinas? ¿Es tiempo de que hagas las paces con tu pasado? ¿Te olvidaste de vivir en el presente? ¿Tus apegos emocionales volvieron complicada tu vida? Rompe las cadenas y busca con quién hablar para que puedas tener balance de vida. Si tu apego emocional es a las cosas, yo puedo ayudarte. Concreta una cita y ponemos en orden tus cosas.