El Maestro es guía, mentor, forjador de capacidades y habilidades en aquellos que quieren de aprender de él. Festejemos la dicha de tenerlos en el camino.
Declaro primeramente, no se trata de una publicación que alimente mi ego o demuestre cuán arrogante soy. Se trata de un artículo que exalta la apasionante labor del maestro, ya sea el que tenemos en nuestra formación académica, ya sea el que tenemos como parte del recorrido de vida. Cada maestro deja parte de su esencia en nosotros, se mezcla con nuestra propia formación y consigue elevar nuestras cualidades. Ante todo, debemos estar agradecidos.
Maestros De Academia
Desde preescolar hasta los niveles académicos más elevados, tendremos algún maestro que propiciará nuestro aprecio por estudiar, nuestro deseo de superación y nuestras ganas de llegar más lejos. Ellos, armados de paciencia, conocimiento y técnica, plantarán la semilla del saber, la regarán y abonarán; su recompensa no es otra que ver florecer al alumnado. Su motivación, dejar una huella en cada uno de nosotros. Por eso, gracias a cada maestro de academia que hemos tenido.
Maestros De Casa
La casa es nuestra primer escuela, la casa es donde se adquiere la educación. No hay que confundirnos, la escuela sirve para la formación académica, el hogar es el nido que nutre la educación. Los padres son los guardianes y responsables de nuestro proceso educativo básico y principal, ellos nos infundirán valores y normas de urbanidad para convivir en paz y en armonía tanto en casa como fuera de ella. Los padres también plantan semillas, que de hecho son producto de la herencia y de su propio proceso de formación de valores. Por eso, gracias a cada maestro de cada, papá, mamá, abuelos, tíos y hermanos mayores, por enseñarnos los valores básicos, para ser mejores personas.
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Maestros De Trabajo
Jefes, supervisores, superiores, todos ellos también nos dan un ejemplo, una enseñanza, un aprendizaje. Su proceso de mentoría nos da herramientas para trabajar y ganar nuestro sustento. A veces podemos renegar de sus modos, pero la verdad, muy en el fondo lo que hacen por nosotros es incentivar el hambre de ser más, de hacer más, de hacer mejor. Esas habilidades que aprendemos de ellos y con ellos, nos auxilian no solo en ese trabajo, también en cualquiera que tengamos a lo largo de nuestra vida profesional e incluso nos darán pautas para cuando nosotros mismos seamos jefes de otros. Por eso, gracias a cada jefe y superior que haya fungido como maestro en nuestras labores, propiciando ganarnos la vida.
Maestros Dondequiera
En la calle, en la iglesia, en la vida en general, hemos de encontrar personas que serán maestros de nuestro caminar. A veces por breves periodos de tiempo, a veces por otros más extendidos. Todos formarán parte de nuestro proceso educativo, formativo y de vida. Cada mujer, cada hombre que sirva de maestro será siempre un motivo para agradecer. Gracias a todos.
¿Y tú a que maestro o maestros recuerdas con más cariño? ¿Cuál de ellos ha dejado marcado tu ser con profundo conocimiento? Demos gracias por ellos ahora que celebramos este 15 de mayo en México a los maestros.
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