Decorar a lo mexicano no es sinónimo de generar un espacio abigarrado como si se tratara de un bazar de chácharas; se trata de lograr un equilibrio entre los elementos decorativos y de mobiliario a la par de la construcción, el color, textura y materiales. Hasta en las decoraciones inspiradas en nuestra idiosincrasia debe imperar un sentido de orden, de balance y sobre todo aplicar la regla de menos es más, para conseguir un verdadero estilo mexicano que sea contemporáneo y elegante. En palabras vulgares no es echar toda la carne al asador. Con imágenes de Desde Jalisco un blog de estilo mexicano les dejo soñar al son del mariachi y el aroma del tequila.
Los tonos tierra en terminado trapeado aunados al aplanado rústico hacen el marco perfecto para los vibrantes colores de un sarape de Saltillo sobre un love seat con su par de cojines con grecas de inspiración huichola. Los cuadros son el complemento ideal pues generalmente un muro si un cuadro tiende a verse demasiado árido.
No todo el diseño debe ser folclórico o pintoresco, en ese caso una credenza de inspiración barraganesca, con el frente exhibiendo una escena fotográfica inspirada en aquellos parajes pintados por José María Velasco. Coronando la escena una fotografía con reminiscencia del gran maestro Gabriel Figueroa.
La vida mexicana siempre esta rodeada del color vibrante, en este caso un amarillo intenso se convierte en cabecera de esta recámara sencilla pero cargada de detalles como las mesas laterales; la base de una máquina de coser antigua se convierte en tocador, el detalle más connotado un canasto con alcatraces, inmortalizados por Diego Rivera en varias de sus obras.
El interiorismo mexicano se sirve de mobiliarios de otras latitudes como estas sillas de respaldo alto y brazo que llegan desde algún sitio remoto como Tailandia o Filipinas. Los mascarones mezcla de las figurillas de barro precolombinas y las máscaras rituales africanas, una mezcla exquisita en este patio completamente tradicional.
Botellas de tequila, charolas de la Cervecería Modelo y cristalería de vidrio soplado propia de Tlaquepaque y Tonalá, hacen de este mueble antiguo convertido en bar una verdadera joya.
Manta, maderas, bordados y el muro amarillo de remate, muestra de que la decoración mexicana gusta de ser llamativa y energizante.
El verde perico, la catrina de Posadas, el equipal, las esferas de vidrio metalizado, todos elementos que representan la estética de la mexicaneidad.
La muerte que acecha en el rincón pero que es fiel compañera del mexicano y en este caso de la decoración. Una piñata en la alcoba podría sonar estrambótico pero aquí se ve como el decorado perfecto para el rincón de Doña Parca.
Pisos de laja de cantera, tibores de barro, muebles de madera rústica y la integración de los tonos cálidos confieren una serenidad a este recibidor a pesar del color naranja de las paredes.
Como puedes ver una casa puede tener un estilo mexicano y ser completamente chic, no tienes que colgarle hasta la mano del molcajete ni hacer que parezca ruta de la romería de Zapopan, solo un poco por aquí un toque por allá y delicadeza para que tu espacio sea el más agradable de todos.