Los pasados días he regularizado mi agenda respecto al hecho de ejercitarme un poco más y de manera constante, mi elección ha sido salir a caminar 30 minutos cada día. Aprovecho esos minutos para escuchar un audiolibro en lugar de música, la experiencia en cualquier caso es nueva para mi pues ni soy partidario de escuchar música con los audífonos ni tampoco había escuchado anteriormente un audiolibro. El audiolibro que estoy escuchando es uno de Peter Walsh quién es considerado un gurú de la organización en Estados Unidos; en él se adentra en la correlación que existe entre el desorden en casa con el sobrepeso.

La temática es interesante pues de acuerdo al desarrollo que expone el autor, las cosas materiales son muchas veces el reflejo de nuestras relaciones emocionales, con nosotros mismos y con el resto de la gente. Del mismo modo nuestra relación con la comida nos afecta llevándonos desde la indulgencia, la culpa, la evasión, etc., a la sobrecompensación por medio de la boca. La manera en que comemos y compramos es la manera como resolvemos o dejamos sin resolver temas emocionales del pasado, del presente y en cierto modo del futuro.

La premisa general es poner en orden la casa para poder poner en orden el peso. Debemos dejar de lado esa compensación de lo bueno o lo malo que nos ocurre, reconociendo los gatillos emocionales que disparan nuestra ansiedad y nos conducen a comprar por comprar o comer sin control porque es el método más simple para sentirnos artificialmente felices. La felicidad no radica en comer porque se dispone de comida sino en disfrutar de la comida, saborearla, planificar el menú, preparar los alimentos, no solamente atascarnos las fritangas o comida chatarra porque ponemos de pretexto el no tener tiempo para cocinar, especialmente si la casa y sus habitaciones incluidas la cocina son zonas de desastre o pareciera pues su abarrotamiento nos genera más ansiedad que tranquilidad.

Yo puedo recomendarles el libro, el problema que solo existe en inglés (Does this clutter make my butt look fat? Peter Walsh) Pero la verdad creo que todos sabemos cómo resolver el problema de nuestro sobrepeso y de nuestro desorden doméstico. Tenemos que enfrentar los asuntos emocionales no resueltos y resolverlos, uno a la vez, identificando, analizando, decidiendo y haciendo. Tenemos que vivir el presente, abrazarlo, dejar atrás lo que pertenece al pasado y no pretender que la vida tiene soluciones mágicas. El abarrotamiento al igual que el sobrepeso no llegan de la noche a la mañana por lo que tampoco desaparecen de la noche a la mañana, se necesita trabajo, esfuerzo, dedicación y la firme decisión de cambiar hoy nuestra vida; no ayer, no mañana, HOY.