“Seguro tu casa está siempre perfecta. Me gustaría ser como tú y nunca postergar nada”. Me desmitificaré como organizador de espacios.
Como organizador de espacios, mi quehacer cotidiano es ayudar a otros con sus problemas de desorden. Ayudarles con el proceso de depuración, si es que así lo desean. Establezco mecanismos para ayudarles a facilitar las decisiones por hacer, esas mismas decisiones que han postergado demasiado, que ahora los tienen tirándose de los pelos. Conjuntamente experiencia y conocimientos son mis herramientas para establecer un sistema acorde a cada cliente. Habilidades que he pulido para entender a la persona y ofrecerle soluciones. Pero no todo en mi vida es ordenado todo el tiempo.
He sido organizado hasta cierto punto.
No recuerdo realmente cuánto tiempo he sido organizado. Es probable que buena parte de mi vida. Una buena parte, la de mi niñez, podría decirse que mi capacidad para el orden estaba supeditada a mi madre. Si bien mis cosas se usaban y regresaban a su lugar, era más por instrucciones de mamá, no tanto por una convicción personal. Yo sé que eso influyó para llegado el momento, optara por vivir de manera ordenada.
Quizá el punto más preciso de decidir ser organizado, es un recuerdo a los 12 años, yendo solo al centro de la ciudad, para comprar cajas de cartón nuevas, mismas que utilizaría en una mudanza próxima. Era la mudanza que que las circunstancias del momento, me desterraría del hogar de la infnancia. Desde ese momento sentí que tenía facilidad para categorizar, decidir y depurar qué llevar y qué no, no solo entre mis pertenencias sino también en el menaje de casa. Después de ello creo que decidí a vivir con orden sin aferrarme a nada material.
También tengo demonios.
Nada es perfecto en mi vida. Si, organizo casas y oficinas, ayudo a la gente a tomar decisiones, sin embargo tengo demonios internos, autosabotaje, y circunstancias agravantes como la postergación. La cuestión es que esas situaciones, sean internas o externas, me llevan a tener de cuando en cuando una agenda sin actualizar, un cajón sin ordenar o una publicación sin subir, ya no digamos un video sin editar. Los obstáculos van a existir siempre, son inevitables, la diferencia es lo que hacemos con esos obstáculos. Y si como hoy, retomo algo que dejé hace meses, pues echarme para adelante y reconocer la diferencia.
La diferencia es…
La diferencia estriba en sobreponerme a mi propio saboteador. No hacer caso a esa voz interna que dice “déjalo para después”. Si, disfruto mucho no hacer “nada”, entrecomillado claro. A veces hasta siento placer por saber que tengo cosas que hacer y “decido” no hacerlas. También entrecomillé decido, ¿te diste cuenta? Todo para que al final diga, ya fue suficiente a retomar el camino. Sin hubieras, sin lamentos, sin flagelos. Simplemente, gocé un momento de flojera y ahora decido consciente que debo trabajar o hacer o limpiar u ordenar. Así es la vida, tropezar y levantarse hasta dominar la situación.
Postdata Del Organizador De Espacios
Entrecomillé “nada” que quiere decir “no lo que tenía que hacer”, y en el caso de “decido” porque al decidir no hacer nada, en realidad tomé una decisión, dejarlo para después.
Me gustaría saber cómo es tu caso. De hecho, si necesitas ayuda para poner en orden tus espacios o tus actividades, búscame. Juntos hallaremos la solución a tu situación.