Con la desorganización crónica se presenta una herramienta poco aceptada, el error. Hay que abrazarlo no rechazarlo y aprender de él como hábito.
El error no es algo bien visto, menos cuando de organización se trata. Algo que caracteriza a las personas afectadas por la desorganización crónica, es el hecho de que sin importar lo mucho que se esfuerzan, la cantidad de libros y revistas que lean para obtener consejos, las incontables ocasiones que pongan manos a la obra y organizasen sus espacios y sus vidas, existe un arraigo por parte del desorden. El caos se vuelve una situación habitual, casi como el mismo aire que se respira. Esto lleva a frustraciones y enojos. Se falla una y otra vez después de intentarlo. El error se hace presente; con este todas las profecías sociales de ser un fracaso.
Se triunfa a base del error no del éxito
Nos enseñan desde pequeños a triunfar, a ser tener notas altas en la escuela, a destacar en cualquier actividad que elijamos, simplemente se nos condiciona a ser excepcionales. El error no tiene cabida en este proceso. Al menos eso es lo que nos hacen creer. Es muy raro que se hable del error como motivante, como combustible, como detonante de algo grandioso. ¿Sabes qué? el error es con seguridad lo que nos hace aprender, si no sabemos que algo está mal no podemos corregirlo. Si no podemos corregirlo, no podemos lograr la excelencia. Quiero que entiendas algo, excelencia por ningún motivo es sinónimo de perfección. La perfección déjasela a los dioses porque no está en el humano ser perfecto, sino todo lo contrario.
Aplaudiendo lo que muchos odian
El error debe aplaudirse, pero no para quedar en la mediocridad, no. Se debe celebrar porque es la puya necesaria para ir hacia adelante. Reconociendo que se erra, podemos tener un entendimiento completo del panorama. Aprender del error entonces primero que nada requiere humildad, después darse cuenta de que se cometen errores del desconocimiento, no de la incapacidad. Si se concibe el error como herramienta didáctica, se le quita el velo de fracaso para mirarlo bajo una nueva luz. Es una forma de enseñanza, no de demérito.
Errores que enseñan qué no hacer
Cuando hay una afectación en la calidad de vida por desorganización crónica, hay que poner de manifiesto que el error nos indica que la metodología aplicada no es la correcta. Así que no podemos centrarnos en metodologías de carácter similar. Hay que buscar novedosas, no empantanarnos con la idea de técnicas convencionales porque el cerebro de las personas con desorganización crónica funciona con circuitos diferentes por eso lo ordinario, lo cotidiano, no hace una receta para el éxito. Probar técnicas que, si no son exitosas, al menos nos ayuden como en un experimento científico a decantar reactivos aprendiendo del error. Al final desechando lo que no sirve, damos forma a lo que si.
¿Has padecido desorden en tu casa de manera persistente? ¿Está afectando el desorden tu calidad de vida? ¿No importan cuántas veces tratas no consigues organizarte? No es un error, se trata de una condición que puede ser mejorada con las técnicas adecuadas. ¡Búscame que pare eso soy tu experto en desorganización crónica!