Cada que adquiero un nuevo electrodoméstico o aparato de electrónica es inevitable sentirme abrumado por la literatura que acompaña la caja y que de acuerdo al fabricante es importante que leamos antes de proceder a utilizar su tecnología. Yo confieso que el 95% de las ocasiones paso sin ver, me agobia que hoy día utilizar una licuadora requiera leer 123 páginas de un manual a veces incluso más, soy de la opinión que los aparatos deben ser intuitivos de usar, con facilidad hacerlo y solo si quieres funciones muy específicas o evolucionadas recurrir al manual.

© Nacho Eguiarte / NACHOrganiza
Bueno en parte tengo razón y en parte no. Si no tengo ganas de doctorarme en electrodomésticos, es necesario que busque las opciones de estos más básicas así ni me veré obligado a páginas y páginas de instructivo. Si busco un aparato multifunción, ultramoderno, vanguardista, tengo que hacerme al ánimo de leer, pues la vanguardia va de la mano a una inversión mayor por lo que tengo que cuidar esa inversión comprendiendo cómo usar todo lo que el aparato ofrece, con ello minimizo el riesgo de una falla por mal uso.
Si quiero alta tecnología pero poca lectura debo optar por preguntar con el proveedor si el aparato en cuestión ofrece lo que se llama como guía rápida además del manual completo, así seré capaz de usar apropiadamente las funciones sin atentar contra la vida útil del producto. Entonces pues, debo ser muy consciente primero de elegir sabiamente si quiero algo básico o algo avanzado y después leer lo necesario para que mi inversión no vaya a irse por el drenaje.
Como recomendación final procura tener un archivo donde coloques todos los manuales y sus garantías para en caso de necesitar una leída a fondo, hacer válida la garantía o incluso revender tus aparatos pues da mayor valor de reventa tenerlos con su documentación.

© Nacho Eguiarte / NACHOrganiza