El término es poco conocido por la latitud mexicana, es una actividad más propia de Estados Unidos, Canadá y Europa. Puedo definir de muchas maneras la actividad de un Organizador Profesional, pero quizá la manera como define Jennifer Hunter a la profesión sería la forma más sencilla de entenderla, “Es el punto medio entre ser un terapeuta y un ama de llaves”.
© Nacho Eguiarte / NACHOrganiza
Un Organizador Profesional es como un terapeuta porque tiene que lidiar con las emociones del cliente, mismas emociones que hacen que este se aferre a las cosas. Tal vez eventos traumáticos, tal vez situaciones de pérdida que no han sido resueltas. Psicológicamente el desorden tiene un componente muy acendrado en la mente, el como nos reusamos a botar algo por el aspecto sentimental o por la seguridad que nos proporciona aferrarnos a algo material. Como Organizador Profesional se debe ser cuidadoso al desenvolver esas historias, ayudando al cliente a afrontarlas siendo empático, dejando espacio para que encuentren un mejor momento de ser manejadas. No se puede presionar demasiado pues se corre el riesgo de cruzas la línea entre la permisividad y la intromisión. Es pertinente que se convierta en facilitador, siendo comprensivo, enérgico pero nunca impositivo; debe ser un confidente, escuchar sin juzgar, tratando de ponerse en los zapatos del individuo con el problema.
Al mismo tiempo tiene que ser parecido a un ama de llaves o mayordomo, capaz de resolver toda situación que requiera limpieza, control, precisión. No es una sirvienta que restriega los pisos a rodilla con cepillo y jergas, es más un estratega que sabe que no hay orden sin limpieza y que para mantener el primero se debe tener un sistema organizado que permita que el sujeto que pretende hacer el cambio cuántico del desorden al orden lo haga lo más fácil y metódicamente posible para poder alcanzar el éxito.
Se deben conjuntar ambas cualidades, la de ser escucha y la de ser tutor sin ser juez. Las razones que llevan a la gente al desorden son tantas, tan variadas y estás aderezadas con rasgos muy particulares que no se puede actuar dos veces del mismo modo. Por eso el Organizador Profesional entiende antes que nada la individualidad del sujeto, por lo que implementar un sistema de éxito para él es único e irrepetible.
Dicho esto, la razón de existir de un Organizador Profesional no es tan frívola como pensar que se trata de hacer que los espacios luzcan bonitos. Su razón es servir de sistema de soporte y ayuda a personas que encuentran que el desorden, el caos, la acumulación, el abarrotamiento, aprisionan parte importante de sus vidas alejándolos de todo aquello que quieren hacer a causa de sus lastres materializados en pertenencias. El desorden es muchas de las ocasiones la causa directa de que nuestros logros estén muy por debajo de nuestras capacidades reales.
De acuerdo a datos proporcionados por la Asociación Nacional de Organizadores Profesionales en Estados Unidos (NAPO) deshacerse del acumulamiento recorta hasta en un 40% los quehaceres del hogar, e inclusive valoran que el americano promedio pierde hasta un año de sus vidas en la búsqueda de cosas perdidas o ubicadas fuera de lugar.
El Organizador Profesional, no es como muchos piensan, alguien que sabe como guardar cosas en cajas mientras pasa el plumero quitando el polvo.