Con una vida diaria cada vez más compleja, cada vez más acelerada, cada vez más demandante, es importante aprender aunque sea poco a poco el método para mantener el estrés fuera de alcance. Recordemos que el estrés es el provocador de muchos problemas modernos, pues ataca principalmente a nuestra mente y de ahí se derivan problemas a nivel emocional y físico que no son nada deseables.

 © Nacho Eguiarte / NACHOrganiza

Preocupación. La preocupación no conduce a nada que no sea morderse las uñas y martirizar el alma. Las cosas por regla general tienen remedio pero se necesita paciencia y tranquilidad para clarificar la mente y poder dilucidar una solución. Hay un viejo refrán que dice “Si su mal tiene remedio para que se preocupa, si no para que se preocupa”

Solución. Con tranquilidad de mente se puede entonces pensar en soluciones y el modo de aplicar la mejor de estas al problema causa de nuestro estrés. No podemos enfocar la solución si estamos alterados, porque tomar decisiones en ese estado puede jugar una mala pasada de la que podemos arrepentirnos después. Cuando la mente se despeja las soluciones salen a flote por si solas o con muy poca ayuda.

Prevención. Estar prevenidos siempre es la mejor defensa ante cualquier ataque de estrés, hay muchísimas situaciones que se pueden anticipar para evitar malos ratos. Para las emergencias es verdad que no podemos tenerlas todas con nosotros pero si podemos anticipar algunas de las situaciones que se desencadenan con ellas; tener seguro de auto, de casa, de gastos médicos pueden ayudar en una eventualidad. Tener en la alacena linternas con baterías, algún quinqué con combustible o una lámpara de emergencia nos ayudará durante un apagón. Números de emergencia en un cajón o una lámina a la mano para llamar a la policía, bomberos o cualquier otro servicio de emergencia mitigará un poco el estrés. Cualquier acción de prevención la agradecerás en el momento oportuno.

Acción adicional. Para este punto es importante aclarar que no me refiero a la acción propia para evitar o atacar el estrés o la problemática que lo causa, me refiero a que muchas de las ocasiones se puede encontrar una actividad que ayude a la mente a ocuparse de algo que no sea la preocupación en sí misma. Puede ser alguna actividad que te resulte amena y disfrutable; puede ser llamar a un amigo para platicar el problema o incluso otras cosas distintas para que despejes tu cabeza. No es bueno atiborrar al cerebro de una sola preocupación pues este como mecanismo de defensa te hará resentirlo en el resto de tu cuerpo y pasará una factura casi inmediata. Busca una ocupación, contra la desesperación.


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No darse por vencido. Intentar es el único modo de vencer, si no hay intento no conseguirás avance, por eso aunque falles una vez en tu manejo del estrés debes considerarlo como una oportunidad para enfrentarlo de nuevo y de nuevo y así hasta que consigas dominarlo. Nadie dijo que será fácil pero con cada intento avanzarás un poco más.

¿Tienes tu propia técnica para que el estrés no te ataque? Compártela con todos.