Una de las constantes en los espacios donde son varios individuos los que cohabitan es que no todos ellos y en más de los casos solo uno es quién se interesa en mantener el orden y la armonía de las pertenencias. Esto puede ocasionar desde pequeñas fricciones hasta verdaderas batallas campales que pueden desembocar en la fractura de la convivencia. Esto por ningún motivo es deseable pues porque decirlo más de algún hogar se ha desintegrado por la incapacidad de resolver las diferencias en el manejo de la casa.
(Vía dogslifemagazine.com)
Lo primero que se debe hacer es convencer de los beneficios que se pueden lograr si todos cooperan en mayor medida a la organización del hogar
Menos trabajo por hacer. Siempre que se tiene todo organizado es mucho más sencillo completar cualquier tarea o quehacer especialmente si las cargas de ese trabajo se dividen en varias personas.
Se encontrará todo más fácil. Esta por demás decir que si las cosas se disponen siempre en su lugar no habrá problemas en encontrarlas cada ocasión en que sean necesitadas, por lo que ahorraremos tiempo y frustraciones.
Se vivirá más feliz. Es obvio que mientras más organizado es nuestro entorno y más llevaderas las relaciones intrafamiliares producto de ese orden se tendrán menos roces por cosas que son en muchas ocasiones sin importancia, menos cosas redundan entonces en más felicidad.
Teniendo estos preceptos como punto de partida y los miembros de la familia sean convencidos más no forzados a la organización cada día será más sencillo hacerlo pues se convierte en un hábito que termina siendo natural para ellos. Ahora que si se debe hacer siempre con ciertas reglas para que las cosas no salgan de control.
Respetar las diferencias. Las prioridades son distintas para cada persona por lo que si para mi es prioritario el orden y la limpieza para los demás no lo será o al menos no en la misma medida; es un punto a respetar.
Tomar la iniciativa. Si para mí la prioridad es el orden y la limpieza yo debo tomar la iniciativa porque yo tengo esa habilidad, debo convertirme en el Director Orquestal de ese trabajo, para dirigir a los demás siempre claro respetándoles.
Pedir ayuda. Siempre se debe pedir la ayuda en el momento necesario y precisando el tipo de ayuda. Más de alguna vez he querido que me lean la mente en cuanto a la ayuda por mi propia soberbia y en el 100% de las ocasiones ha resultado desastroso. Aprendí duramente que tengo que pedir la ayuda cuando la necesito y ser claro en lo que necesito la gente no puede leer ni anticipar lo que quiero jamás.
Establecer reglas fáciles. Este punto es crítico, necesitamos establecer esas reglas de manera sencilla y especialmente tomando en cuenta las habilidades de los participantes para que no se convierta en un quehacer odios sino en una tarea ágil y sencilla. Estas reglas deben hablar de lo que se quiere hacer, como hacerlo, cuando y quien.
Si sigues estos consejos podrás conjugar el verbo NACHOrganizar con todos sus tiempos y en todas las personas. Pero no creas que no podrá haber problemas, como todo sistema se tiene que implementar poco a poco y sobre la marcha afinarlo.