Dicen que todo mundo guardamos alguno que otro esqueleto en el armario, en mi caso debo confesar algo…¡Su Señoría me declaro culpable del cargo de Acumulación Digital! Este curioso término ronda la internet y el vocabulario de los psiquiatras y psicólogos desde hace algunos años, se le denomina Síndrome de Diógenes Digital. Sonará un poco alocado el término, y probablemente dirás que en tu caso no caes en esta curiosa forma de acumulación; para mí la historia es diferente. Aún estando investigando temas de organización y patologías referentes a ello, nunca hasta hace unos días me había topado con este término que abrió mis ojos, ahora quiero enmendarme y atajar este problema que involucra, terabytes de información y discos duros gigantescos. Considero que mi acusación digital aún no es compulsiva pero no me detendré a descubrirlo y pondré manos a la obra.
© Nacho Eguiarte / NACHOrganiza
¿De qué trata toda esta perorata?, muy simple, con el avance de la tecnología, la información esta a solo clics de distancia. Hoy tenemos una sobresaturación de información, la posibilidad de descargar todo tipo de contenidos, películas, artículos, música, libros, imágenes, etc, en cosa de solo minutos u horas. Esto nos desemboca en una patología poco estudiada, el acumulador compulsivo digital. Personas que quieren poseer todo tipo de información, mismas que saturan el disco duro de su computadora con todo tipo de contenidos cuya intención como la de todo acumulador es utilizarla después. La realidad es que conseguimos la información más rápido de lo que podemos siquiera revisarla, menos digerirla. Padecemos empacho digital y ese empacho digital no se detiene con un antiácido, por el contrario nos conduce a comprar un disco duro más grande o recurrir a uno o varios discos duros externos o quemar la información en CD, DV Blu-Ray, o cuanto recurso de almacenamiento exista en el mercado. Se convierte en una vorágine por la información, por poseer más y más, pero casi en la totalidad de los casos estas solo se almacenará y nunca se volverá a leer, revisar, escuchar. Es un mal de la era tecnológica.
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Cobrar conciencia que guardamos más información de la que realmente podemos manejar es nuestro primer y más importante paso para resolver este padecimiento. Después de eso el procedimiento a seguir es el mismo que con las cosas salvo que aquí lidiamos con cosas virtuales no materiales. Demos una vista rápida a la información que tenemos creando carpetas por tipo de información, así iremos ordenando todo a la vez que revisamos, lo que sepamos en ese momento que es para desechar se va a la cesta de reciclaje. Ya tenemos todo ordenado, ahora consiste en ser honestos con nosotros mismos y decir que tipo de información realmente me interesa consultar después y sobre todo que tipo de información no podré conseguir por la red, porque aquello que en un futuro cercano o lejano pueda conseguirse no vale la pena guardarlo. Al sincerarnos con el tipo de información que realmente necesitamos y podemos digerir en un lapso de tiempo razonable, nos ofrece la grandiosa oportunidad de vaciar el disco duro en cuando menos un 50%. Con la información que si conservamos, pongamos periodos de tiempo de caducidad, quiero decir con ello que si en ese lapso de tiempo no leemos el libro, no instalamos el software, no escuchamos la música, lo mejor es desecharla. La última parte del trabajo y la más dura, consiste en preguntarnos dos o tres veces siempre antes de guardar algo ¿Lo necesito o solo es por el deseo de poseer?, esta medida ayudará a evitar que se repita el atasque digital.
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Enfrentemos el hecho de que aunque sea digital, también genera abarrotamiento, ni podemos tener el disco lleno de cosas ni tampoco podemos estar comprando más capacidad para solo atascarla. La recomendación aplica incluso para esos sistemas de almacenaje on-line, el acumulamiento es acumulamiento lo hagas en casa, en bodegas rentadas o en discos duros físicos o virtuales, siempre ten eso en mente, yo de momento ya empecé a tirar bits a la basura.
(El uso de la misma imagen tres veces es intencional, por acumulación)