El buen fin de más de un fin de semana está aquí. ¿Cómo puedes hacerle para salir bien librada, con orden y sin deudas? Te recomiendo leer atenta.
Es esa época del año que ya empieza a oler a ponche y carbohidratos azucarados. A mandarinas y cañas, a buñuelos y galletas de jengibre. Con esos aromas también llegan las “grandes ofertas” y lo pongo entre comillas porque algo ha pasado que parece que las ocasiones especiales para comprar se han vuelto monótonas y largas. El Buen Fin que es un intento de versión mexicana a lo que se conoce como Black Friday en EE.UU. ya no solo dura un fin de semana, sino que se extiende por dos semanas. Me recuerda a esas ventas nocturnas de unas horas por una noche, que dejaron de ser de noche y que ahora también duran varios días. Es como creer de verdad que son parte de nuestra vida o que en realidad nos entienden. No me voy a pelear con el consumismo, cada quien tiene derecho de gastar sus ingresos como mejor le plazca. Lo que si quiero hacer es tres recomendaciones básicas para no acabar endeudado y angustiado.
Ninguna oferta es oferta
No es que sea tajante, es que para que una oferta lo sea tiene que cumplir dos condiciones, la primera de carácter monetario y la segunda de carácter objetivo. Si un bien o servicio está por debajo de su precio real y no debajo de un precio inflado (práctica muy común) cumpliría con la primer condición. Para que cumpla la segunda condición deberás hacer reflexión y cuestionarte, ¿lo necesito?, ¿puedo costearlo?, ¿responde a una necesidad real y no solo a un capricho o emoción efímera?. Nada que no necesitemos es oferta, ni siquiera en el Buen Fin. Es muy común creer que si está en oferta es bueno comprarlo, sin embargo, debemos entender es solo un arranque de adrenalina y deseo. ¿Para qué quiero una sombrilla de playa baratísima si no soy de sentarme al sol?
Meses sin intereses
En el Buen Fin te van a ofrecer no solo meses sin intereses, también un descuento adicional si pones tus compras a dicha promoción. ¿Tentador? Muchísimo. La cuestión a considerar aquí es que muchas compras a meses sin intereses requieren que pagues muchas cuotas pequeñas que sumadas en un mes pueden afectar el balance de presupuesto. No sucumbas a la idea de que pagos pequeños no se sienten. Claro que no se siente uno, pero no es lo mismo a que te pique una abeja a que lo hagan 200. Otro aspecto que resulta muchas veces ignorado, es que nunca, nunca, nunca, debes comprar bienes o servicios a meses sin intereses si el beneficio no te dura al menos varios meses más de lo que tardas en pagar. Mucho ojo con eso, la despensa no se compra a meses sin intereses.
Buen Fin para comprar satisfactores reales
Derivado de ninguna oferta es oferta, ni siquiera en el Buen Fin, está el criterio de que si has de comprar sean satisfactores reales. Por eso me refiero a que el objeto o servicio realmente cumpla con una necesidad prioritaria que no pueda ser subsanada con otro mecanismo, digamos rentar, pedir prestado, o ahorrar hasta completar el monto y comprarlo. Necesitas tener bien claras las prioridades. Y así como con el orden, si no hay esa jerarquía de lo importante sobre lo superfluo, poco podrás ganar en introspección.
Y tú dirás ¿Cómo estos pasos me ayudan a tener orden? Simplemente porque a menos cosas que entren a la casa, menos propicias la acumulación, menos cosas hay que guardar, menos cosas hay que limpiar y menos cosas por las qué preocuparse. Ya si requieres ayuda para entenderlo o para poner orden y crear organización en tu casa u oficina, búscame.
Nancy Saldana
13 noviembre, 2020De acuerdo querido Nacho, simplificar en vez de tener mas posesiones que van a robar nuestro apreciado tiempo y atencion. Eligir mejor en el uso de nuestro tiempo con actividades que enriquezcan nuestra vida y Espiritu.
Nacho Eguiarte
13 noviembre, 2020Así es, de esta forma nos centramos en lo que de verdad importa. Abrazos.