¿Aún recibes aguinaldo en tu empresa? Cuidar tu aguinaldo es una responsabilidad enorme. Para muchos, el aguinaldo es como esos preciosos animales en peligro de extinción, muchos incluso ya no lo reciben. Por eso, si eres de aquellos afortunados que tienen esta prestación, más valdría que la cuidaras y sacaras el máximo provecho de él.
Hay que definir de que manera se puede distribuir, que fin puede tener y cuán importante es no gastarlo tan pronto nos llegue, o peor aún, antes de siquiera recibirlo. Vamos viendo algunos lineamientos para hacerlo productivo. Acorde a la ley, la prestación se debe entregar por parte del patrón, a más tardar el 20 de diciembre, con un monto calculado mínimo de 15 días de salario.
Recíbelo. Primero que nada, debes tener en tus manos, o cuenta de débito bancaria, la prestación. Si comienzas a derivar los pesos a sus probables fines antes de recibirlo, podrás encontrar, que estás haciendo un presupuesto de egresos ficticio, pues aunque la cantidad a recibir sea correcta, podrían sucederse varios motivos para que no lo recibas en tiempo. Se de amistades que antes de recibir alguna prestación ya la tienen comprometida, siendo la de malas que al recibirla por una cantidad menor, pues no consideraron impuesto o en fecha distinta, terminan parchando el presupuesto, en ocasiones con el costo de comisiones por pago tardío en adeudos previos. Recuerdo incluso un caso, que ya contaba con un recurso monetario, pero que al recibirlo, fue en vales de despensa, por lo que no podría pagar sus deudas a bancos, ya que tendría que gastar en víveres o ropa la prestación recibida.
Piensa. Antes de gastarlo define que puedes hacer con él. Que adeudos puedes liquidar, que satisfactores puedes comprar, que pequeño gusto puedes darte. Pensando y escribiendo un presupuesto de egresos te darán la oportunidad de mirar el aguinaldo, como un recurso de inversión y no como dinero para gastar. Ya no somos niños que recibimos una moneda y lo primero que hacemos es ir corriendo a la tienda y gastarlo todo en dulces; tenemos responsabilidades de adultos, muchos tienen familia por la que velar, por eso debemos ser muy acuciosos con la manera como disponemos de ese dinero.
Anticipa el futuro. Usa una calculadora, una computadora, una libreta y un papel; juega con los números, determina porcentajes y probables ahorros. Con tus cálculos puedes sacar entonces que si pagas tal cantidad de dinero a tus viejas deudas, te ahorrarás equis cantidad de intereses; que si en lugar de comprar antes del 25 de diciembre, te esperas a las liquidaciones posteriores tu dinero te rendirá en ocasiones el doble. Escríbelo y obtén tu esquema de gastos, asentando, cantidades precisas para cada rubro, eso si, debes ajustarte y no tomar de un rubro para complementar el otro.
Cuesta de enero. Si la prevención no es lo tuyo, puedes empezar con la historia de tu vida. ¿Cuántos eneros pasaste en vela y con el cinturón apretado por falta de dinero? Esa imagen debería ser lo suficientemente fuerte y atemorizadora, para refrenarte en el gasto, para pensar dos veces antes de gastar, especialmente antes de firmar con tu tarjeta de crédito. No olvides que muchas obligaciones tributarias se pagan iniciando el año, tal como predial, agua, etc. No todo en el aguinaldo sirve para pagar envolturas y regalos, también hay que considerar otras cosas más.
Tu aguinaldo es un recurso valioso, meditar 30 minutos sobre su destino, puede ser la diferencia entre tirar tu dinero al caño e invertirlo en un mejor porvenir.
El artículo “Cuidar tu aguinaldo” escrito por Nacho Eguiarte apareció publicado primeramente en NACHOrganiza Blog de Organización Profesional en Español.