Decisiones y desorganización, dos palabras íntimamente relacionadas. ¿Hasta dónde influyen las decisiones postergadas en el proceso de orden?

Decisiones y desorganización
Imagen por Kreuz_Und_Quer desde Pixabay

Desde siempre te he comentado que decidir es básico al organizar. Las decisiones y la desorganización son comadres por decirlo de alguna manera. Siempre recuerda que el desorden son decisiones postergadas. Continuemos con estos temas apasionantes que se derivan de la ficha técnica del ICD®, Factores que contribuyen a la desorganización. Vamos a ello.

Saturación de agenda

No solo las cosas se desordenan, también las actividades. Una de las formas más simples en que nos llenamos de cosas que hacer y elevamos nuestra cuota de estrés. Cuando de actividades se trata, el tender demasiado qué hacer no hace que seamos productivos. Hay que saber decir si a aquello que aporta a nuestro proyecto de vida, desechando lo que no. Cortésmente aprende a decir que no.

Demasiadas cosas

Decir que no a la cantidad de cosas que entran en la casa y permitir el acceso a lo necesario. Además decirle adiós a los excesos que ocupan espacio y nos asfixian. Lo he mencionado en otras ocasiones, como parte de las decisiones que tomamos, debemos contemplar la regla de oro de organización que es depurar. Al mismo tiempo la regla de platino que es evitara adquirir aquello que como las actividades, no aporta a nuestro proyecto de vida.

 Decisiones y desorganización por carencia de misión

Sin misión o proyecto de vida, qué quiero lograr, no seré capaz de establecer las prioridades que se requieren para tomar decisiones apropiadas que tiendan a evitar la desorganización y traigan orden a mi vida. Con ello, vendrá la paz, la tranquilidad, la idea de que hay algo que quiero conseguir. Por eso es tan importante decidir para alcanzar la vida que hemos imaginado. Las cosas y actividades son herramientas para lograr nuestra misión, y la misión es aquello que de verdad tiene importancia. ¿Excesos de cosas caen en esa categoría?

Falta de metas

De la mano de la misión vienen las metas. A corto o largo plazo, las metas se convierten en puntos de referencia para lograr lo que deseamos. Tenemos que tener claras las metas, saber qué se quiere lograr y cuándo se pretende hacerlo. Sin metas vamos a la deriva y no es que sea malo hacerlo de vez en cuando, sin embargo, vivir constantemente sin metas termina siendo navegar a la deriva en medio de la tempestad.

Prioridades postergadas

El desorden son decisiones postergadas. Por eso las decisiones y desorganización están tan relacionadas entre si. A decisiones tomadas, menor impacto de desorden. La vida es acerca de tomar decisiones y si estas son prioritarias y no se realizan, el caos le viene después. Tener clara la misión, las metas y las prioridades implica tener los elementos para vivir en espacios ordenados y en general tener una vida organizada. A veces se juntas las prioridades pero siempre debemos elegir cuál es la más importante y número uno a realizar.

Aunque decisiones y desorganización son comadres, no tienen que ser para nada cercanas. Podemos mantener una sana distancia entre ellas. Ya como último consejo, no decidir, también es decidir, decidir que otras personas o la vida misma elija por ti. ¿No es mejor que uno mismo dirija su propia historia? Y si te falta claridad para decidir, consúltame, juntos podemos deshacernos del desorden.