“Ideas, ideas, que maravilla tenerlas; pero más maravilloso, aterrizarlas: Si tu cabeza es una maraña, con enfoque ponle fin al déficit de atención de ideas”
Hablaba con una prima el otro día, de esas llamadas que sirven para ponerte al tanto de todo en la vida. Una llamada de chacoteo podrá decirse, el caso es que ella una persona muy luchadora, muy movida, sumamente activa. Le gusta soñar y sobre todo le gusta ocupar su mente en miles de cosas, algunas al mismo tiempo; su trabajo, su vida personal y otros menesteres. Creo que hasta ahí, es similar a cualquiera de nosotros. El punto que quiero tratar es sobre el déficit de atención de ideas, aunque tal vez sea un poco aventurado llamarlo de ese modo, no soy profesional de la materia.
No es raro en realidad, que tengamos muchas ideas y que a veces no sabemos cómo aterrizarlas. La complicación surge, cuando por querer aterrizar todo al mismo tiempo, sobreponemos idea sobre idea, como haciendo un pastel de mil hojas. ¿Cuántas veces nos descubrimos diciendo, quiero aprender inglés, y cocina, y computación avanzada y bailes de salón? También lo hacemos con las 356 ideas diferentes y dispares para montar un negocio, desde una tienda de ropa de moda, hasta una estética para mascotas, pasando por un negocio de asesoría financiera. El caso que ninguna de esas cosas las ponemos realmente en marcha, no por falta de voluntad, por falta de consistencia en nuestros pensamientos; ahí viene el déficit de atención de ideas.
Las ideas son bellas, son buenas, pero también son inútiles si no tienen una finalidad, si no conocen una meta. Padecer de un déficit de atención de ideas, es prestar oídos a una idea por un espacio de tiempo breve, sin que la idea realmente penetre en nuestro subconsciente. Luego, viene otra idea, luego otra, etc. Muchas veces, las ideas no son un evento único, una idea va y viene, se presenta, a veces con más fuerza, pero de pronto, por el déficit de atención, terminamos brincando a la idea más fresca.
Insisto, no soy un profesional de la materia, ni tampoco estoy hablando del Desorden de Déficit de Atención, que es un asunto que solo profesionales de la salud o personas con credenciales en el área pueden tanto tratar, como diagnosticar. Hablo de una situación en que no préstamos la atención debida a una buena idea, al grado de llevarla a la práctica. Volviendo a mi prima, ella tiene esa tendencia, a querer hacer y no aterrizar las cosas, bueno hace unos meses le ayudé, con asuntos de su consultorio dental, en virtud de esa peculiaridad en ella, lo que hice fue, definir junto a ella, las tareas que requería hacer para renovar el consultorio; de toda una lista que surgió se redujo, a tareas bien definidas, concretas y de rápida respuesta de acción. Enumerándolas, se pudo poner en marcha, llevando todo por orden, dar el paso uno, antes del dos, luego el tres, etc., como en los compases de un baile, para que no terminé siendo una danza sincopada.
De la plática, surgió, que ahora tiene el mismo dilema pero a nivel personal, ya no profesional, a lo que me ofrecí para servirle de Coach, asesorándola a realizar el mismo ejercicio que hicimos para las renovaciones de su negocio, de ese modo podrá sobreponerse a su déficit de atención de ideas, enfocando todos sus pensamientos a una o varias metas. Una frase que use en la plática telefónica, que confieso se prolongó por más de una hora; fue, “Ahora tienes déficit de atención con tus ideas, piensas en muchas cosas sin aterrizar, después con un orden podrás seguir teniendo tus ideas revoloteando en la cabeza, pero estarán enfocados tus pensamientos a ideas concretas con una meta”.
No es malo tener esa maraña de ideas, lo importante es encontrar la punta de la madeja para irla desenredando, poniéndola después, bien ordenada como una bola de estambre que está lista para ser tejida sin complicaciones o nudos. ¿Te ha sucedido este tipo de déficit de atención de ideas? Tal vez un conocido pasa por ello frecuentemente, sé un buen amigo y comparte la información.