Muchas son las promesas que te haces en el día a día acerca de ponerte en el camino a la organización, muchas o mejor dicho todas terminan en tremendo fiasco que te cobra con frustración y desesperanza; lo que haces es simple, curas tu depresión adquiriendo algo más, ya sea para tí o tu ego, ya sea algún sistema de organización que asegura podrá fin a tus penas. Al igual que en materia de peso y dietas la comida es la clave, la desorganización es alimentada por las cosas que tenemos o que adquirimos; es necesario a fin de poner la casa en orden, que dejemos de alimentar el desorden manejando en nuestra mente la idea de que la desorganización viene provocada por la adicción a comprar, a consumir bienes que en las más de la ocasiones no necesitamos o solo lo hacemos de manera temporal. Hay tres cosas que puedes hace para parar esa vorágine, tres acciones que serán el mantra a repetir.
Cuestionarte. Es las primer y más importante manera de evitar el acumulamiento antes de que empiece a ocurrir o de que se agrave. Cada ocasión que estés en compras y tomes algo que sabes que no es indispensable pero que crees que te puede servir, pregúntate que tanto realmente lo necesitas y si tienes el espacio adecuado para albergarlo. Es de sumo interés que seas completamente honesto al respecto porque si te engañas a ti mismo no funcionará y quedarás peor que al inicio. Una técnica que he aprendido a desarrollar, especialmente porque no puedo ir tan fácilmente en contra de mi naturaleza de comprador compulsivo es tomar aquello que me apetece, sigo por varias partes de la tienda haciendo el resto de las compras que puedan ser vitales y antes de pasar por la caja comienzo a cuestionarme y a regresar al mismo lugar donde tomé aquello no esencial y decido que no es importante y lo dejo en su sitio, esto ayuda a mitigar la necesidad de compra algo nuevo y termino tomando una decisión racional y no una emocional.
Presupuesto listado. Este método de control es más rígido pues contempla no confiar en tu buen juicio y si en un documento basado en otros que te force a comportarte. Esos documentos son por un lado los billetes que ganas y por el otro la lista que debes hacer y que debe contener aquello que resulte esencial para la vida, en ella incluido no solamente víveres sino también las expensas tales como cuentas de electricidad, teléfono, gasolina, transporte, etc. Desde hace más de un año cada cheque que recibo de mi trabajo lo tengo predestinado con hasta seis meses de anticipación. Se que cantidad de dinero debo disponer para el pago de la tarjeta de crédito ,la despensa, el teléfono, de cuanto puedo disponer para mis gasto de índole personal y una cantidad para ahorro o imprevistos. Esa fue la manera como logré meterme en cintura con los gastos que hacía y que en un momento dado me llevaron a tener una cuantiosa deuda que aunque manejable no era sensato. Ahora como se a dónde va a parar cada peso que gano siento que estoy en control especialmente para una contingencia. Esa misma lista me obliga a llevar lista de compras al supermercado para no atiborrar el carrito con cosas que no necesito realmente. Como beneficio adicional indirecto he aprendido a llevar una alimentación más sana pies es más económico que prepare mi propia comida a comprar algo que se mete al microondas o algo que proviene de una llamada telefónica a la pizzería local.
Si algo entra algo sale. Regla de oro en los menesteres de la organización, tan simple que a veces asusta. Realmente no tiene mucho que explicarse respecto a esta acción, si compras un vestido nuevo sacas uno viejo del clóset, si compras dos pares de zapatos regalas dos, si adquieres una vajilla nueva lo ideal es que despaches otra. Debemos reconocer que por más recursos que podamos tener no vamos a poder ampliar nuestra capacidad de almacenaje al mismo paso que nos hacemos de cosas. Hay una frase que siempre me pareció muy divertida de la película Mozart donde su protagonista se prueba tres pelucas para un baile de gala y no sabe por cuál decidir y con su característica risa burlona dice “quisiera tener tres cabezas para poderlas usar todas”; bueno no tienes tres cabezas ni armarios ilimitados así que tienes que mantener un inventario y mantenerlo del mismo tamaño, y para conseguirlo es dejar que ciertas cosas se vayan en orden de tener nuevas.
Si antes de empezar a organizarte empiezas por aplicar estas acciones, te sorprenderás el modo simple como la casa deja de engordar y a la larga el trabajo de organizar lo que posees te resulta más sencillo y natural. Inténtalo y comparte tu experiencia.