Cada persona tiene un modo de organizarse diferente, hay algunos que necesitan tener todo bajo control pues de lo contrario entran en pánico. Otros más son diestros en agarrar la vida al vuelo pues tienen esa rara habilidad de resolver todo al momento de presentarse la necesidad. Lo cierto es que la mayoría no caemos en ninguna de los dos extremos por lo que desarrollamos ciertos hábitos de organización, o en el peor de los casos no tenemos ninguno y eventos recurrente como las mañanas al salir de casa se tornan caóticos. Simples pasos pueden hacer que las mañanas sean el umbral de un día hermoso y no el comienzo de una estresante jornada.
De la comida. Trata de tener la costumbre de dejar cargada tu cafetera la noche anterior para que en la mañana mientras te bañes solo la enciendas para que empiece a gotear el oscuro elíxir de la energía. Los lonches para los niños o para los adultos tenlos preparados en adelantado para que solo los saques del refrigerador los deposites en una bolsa y listo.
De la agenda. Importante anotar todo lo que se tiene que hacer al día siguiente, o manejar tus compromisos por medio de tu Smartphone para no dejar cabos sueltos que nos lleven a una situación de estrés innecesaria. El conocer que haremos al día siguiente permite prevenir las prendas a usar y las cosas que hay que llevar con nosotros.
De la ropa. Este es un punto que particularmente puede volverte loco en las mañanas, la razón es que tienes todo el clóset a disposición y terminaras dudando de ti mismo al elegir el atuendo sobre todo porque lo hacemos en tiempo record, por ello conviene anticipar desde la noche anterior que tipo de día tendremos para elegir algo apropiado y no vestirnos varias veces.
De los arreos. Entendamos por arreos todo lo que debemos llevar a cuestas para hacer nuestro día, cartera, llaves, portafolios, etc. Estos sitúalos en un solo lugar para que al tener que salir de casa tomes todo de un solo sitio y te ahorre tiempo minimizando la posibilidad de olvido. A sabiendas de que debes tener listo, podrás guardar todo en un portafolio, bolsa o mochila.
Ya con todo resuelto con horas de anticipación puedes atender los detalles en lugar de las tareas titánicas; después solo resta un poco de relajación previa a meternos a la cama y gozar nuestro sueño seguros de que tendremos un despertar glorioso.