Adoptar, modificar y eliminar hábitos tiene que ver con el cambio. Organizar para mejorar la calidad de vida lleva implícito cambiar.
El cambio puede ser poderoso. Puede destruir y construir. Puede alterarnos la vida en muchas maneras. Si lo elegimos cuidadosamente, el cambio puede dar unos resultados tremendos y positivos. Para organizar cualquier ámbito de existencia, es necesario abrazar el cambio. Si conocemos cómo está conformar su proceso, podemos aumentar exponencialmente su tasa de éxito. Como todo en la vida, el cambio también puede explicarse desde la investigación y la ciencia, no solo como un efecto puramente aspiracional.
Las etapas del cambio
Los investigadores coinciden que 6 son las etapas principales del cambio:
Precontemplación, cuando no hacemos cambios, de hecho, no estamos conscientes de ningún problema. Otras personas son las que suelen señalar las ventajas de cambiar. Incluso se puede presentar aversión a dichos comentarios.
Contemplación. Aquí empieza a haber una modificación de consciencia, nos preguntamos qué pasaría si cambiáramos un hábito o conducta. Es una etapa de análisis que puede o no desembocar en la siguiente etapa.
Preparación. Empezamos a ver posibilidades. Evaluamos fortalezas y debilidades para poder lograr el objetivo. Aquí es donde comienza la planeación del cambio.
Acción. Ponemos en marcha el plan diseñado con sus estrategias. En esta etapa comienza que al hacer una valoración descubrimos que estamos logrando avance. Por el contrario, si no lo vemos así, podríamos determinar que es muy difícil y echar todo por tierra.
Mantenimiento. Es la etapa de consolidación del cambio. Continuamos realizando las estrategias necesarias para sustentar el cambio de hábito o conducta.
Recaída: Como puede aparecer, puede no hacerlo. Depende en gran medida si fuimos capaces de seguir las estrategias y mantenernos en el camino del cambio. Eso crea las condiciones para no recaer.
Una herramienta para el cambio
Este artículo nació porque recordé la ficha técnica número 10 del Institute for Challenging Disorganization®. En ella Linda Samuels, aplica estas etapas del cambio a situaciones específicas de cambiar la situación de desorden en los espacios. Nos habla de lo que debemos considerar, de las planeaciones y puntos importantes que no debemos olvidar. Pero, sobre todo, nos hace reflexionar, que hasta motivarse al cambio es una forma de autocuidado y a veces por lo mismo podemos presentar resistencia. Si quieres descargar esta ficha, solo tienes que pulsar aquí para ir a la página en español donde puedes encontrarla junto con otros materiales de interés.
“Y llegaba el día en que el riesgo de quedarse apretado en un brote era más doloroso que el riesgo de florecer” – Anaïs Nin.
El cambio es un asunto atemorizante. Puede que no estemos en ese punto de preparación adecuado para dar digamos el salto de fe. Se trata de hurgar un poco en nosotros mismos, reconocer lo que no es provechoso de una conducta o hábito, abrir la mente para dar cabida a posibilidades, realizar un plan de acción e ir con todo nuestro entusiasmo a lograrlo. Si, se dice fácil, pero es algo asequible si lo vemos como pequeños pasos, especialmente cuando de organizar nuestros espacios se trata. Enfrentemos la incomodidad y logremos vida y espacios simples.