Todos en casa tenemos recipientes de plástico de diversas procedencias, unos comprados individualmente, otros en paquete, tantos más resultado de cierto gusto de conservar el contenedor de la crema, el yogur u otros alimentos, que a veces queremos hacer pasar como reciclado cuando es más un gusto típico de nuestra idiosincrasia conservar y no tirar dinero hasta en eso. Como quiera que sea y cualquiera que sea su procedencia, es muy común que siempre encontramos el recipiente pero pocas veces su tapa. Esto es producto de la desorganización típica que sufrimos principalmente por el ritmo de vida acelerado. Los consejos que nos ocupan hoy, son los de cómo podemos manejar esa extraña pérdida de vista de los contenedores de casa. Para mí existen básicamente tres formas de organizar los recipientes. La que te sirva mejor es la ideal para ti, recuerda no hay un sistema único, debe ser un sistema para cada individuo aunque en esencia estos sean similares. Explicaré los tres que a mi gusto son los más aplicables nombrándolos como el costoso, el holgado y el ajustado.
(vía Wikipedia.com)
El nuevo. Lo defino de ese modo porque implica juntar tus recipientes con o sin tapa en una bolsa y repartirlos, venderlos, donarlos o la menos ecológica opción tirarlos. Hecho esto conseguir un paquete maravilloso de nuevos moldes de esos que vienen en su propio carrusel donde embonan en una división los moldes apilados y en otra las tapas correspondientes. Usa poco espacio y es mas sencillo después de usar los contenedores devolverlos a su organizador propio; piensa en ellos como uno de esos cubos de aprendizaje de niños donde las piezas van en un hueco específico. El costo realmente depende de la marca, calidad o tienda donde los compres. Te recomiendo este solo en caso de que puedas destinar recursos y primero te deshagas de los moldes actuales. No tan rápido, ¿Te agarré a punto de cruzar el umbral de la puerta en tu viaje al supermercado? No lo hagas porque vienen dos que considero los mas adecuados para casi cualquiera que sufre del Síndrome del Extravío del Molde.
(vía Amazon.com)
El holgado. Considera este consejo si tienes una alacena adicional o buena cantidad de espacio en los gabinetes. Simplemente coloca cada tapa en su recipiente correspondiente y tapados apílalos uno encima de otro de modo que sea cómodo tomar, alcanzar y ubicar el que necesites al momento. Siempre que laves el molde o lo devuelvas que sea con su tapa puesta. Si no requieres usar la tapa solo el recipiente, a un costado de donde los guardas ten una caja donde puedas poner las tapas que no se usen en el momento y se las colocas de nuevo al desocupar el recipiente. Esta opción es particularmente útil si como yo tienes moldes de vidrio. Prefiero tener pocos moldes pero que me funcionan en distintos modos, microondas, refrigerar, servir, hornear, etc.
El ajustado. Cuando hay menos espacio es la solución más inteligente. Consiste en que tengas una caja plástica o de cartón decorada donde quepan todos tus moldes y una de tamaño adecuado para todas las tapas. Ahora ensartas un molde pequeño en uno ligeramente mayor y así sucesivamente haciendo una dos tres o la cantidad de torres que resulten de la cantidad de moldes, colocas todas dentro de la caja y las tapas de forma vertical en la otra, ambas las guardas juntas y listo. Recuerda siempre que termines de usar molde y tapa regrésalas a su lugar, no después siempre en ese momento. Una variante simple es colgar detrás de la puerta del gabinete donde guardas los moldes una bolsa de preferencia de tela engrapada por una orilla (no de las asas) y en ella deposites las tapaderas, así podrías solo colocar las torres de moldes sin caja, trata que los recipientes que mas usas estén mas al frente y los menos hacia atrás.
(vía The Kitchn)
Estos tres son los sistemas que a mi parecer son los menos complicados y en un momento puedes incluso combinarlos, cuando te toque sustituir recipientes viejos, busca opciones que ahorren espacio. Pero lo que siempre debes hacer es respetar tu propio sistema, regresa la tapa siempre al mismo sitio evitando que se pierda de nuevo. Las tapas que te halles que no tienen pareja, deshazte de ellas o reutilízalas, pero nunca las conserves con las que si tienen su media naranja.
(vía Real Simple)