Hablando sobre la conveniencia del tipo de mochila para este regreso a clases, me di a la tarea de investigar y afortunadamente me he topado con una información recopilada en la web que habla del mito de las mochilas y su responsabilidad con los dolores de espalda, se los dejo íntegro porque es muy interesante y de mucha utilidad.


(Imágenes vía Espacio Escuela)

EL MITO DE LAS MOCHILAS: ¿RESPONSABLES DEL DOLOR DE ESPALDA?

En la actualidad casi el 42% de los niños menores de 11 años sufren dolores de espalda y el porcentaje aumenta hasta el 51 % en niños y el 69% en las niñas entre 13 y 15 años.

¿Son las mochilas las principales responsables?

El Dr. Ebri, traumatólogo y coordinador del grupo de ortopedia infantil de la Sociedad Española de Pediatría Extra hospitalaria, realizó un estudio en la Comunidad Valenciana con más de 3.200 niños de 13 a 15 años y concluye que las mochilas no son las responsables del dolor de espalda de nuestros escolares, se fundamenta en los resultados de su estudio y en su experiencia de más de 30 años como ortopedia, según el doctor: “casi nadie va andando más de 15 minutos al colegio, que sería el tiempo que cargarían con la mochila, frente a ello los niños se pasa muchas más horas sentados en el mobiliario escolar o en casa, durmiendo en colchones no adecuados o usando teclados de ordenadores o consolas de videojuegos en posiciones mucho más perjudiciales para su espalda”. Los niños pasan en el colegio entre 5 y 8 horas y en numerosas ocasiones el mobiliario está mal adaptado, hay niños más latos y otros más bajos, a veces con diferencias de hasta 35 cm y sentados en pupitres de las mismas dimensiones.

¿Mochila de espalda o de ruedas?

Desde la Fundación Kovacs (Institución con amplia experiencia en enfermedades de la espalda) aconsejan la utilización de la mochila de carro o con ruedas y con un asa de altura regulable que se adapte a la estatura de cada niño.

El Dr. Ebri, sin embargo es más partidario de la mochila de espalda, ya que los chavales deberían llevar la mochila con ruedas “hacia delante” y no arrastrándola, porque de ésta última forma “el ángulo que forma es perjudicial para la muñeca de los niños, además las salidas de los centros no están adaptadas a los carritos, ni tampoco los bordillos de las aceras, lo que obliga a tener que levantar con el brazo todo el peso.

Tanto el Dr. Ebri como la Dra. Martín (Directora Médica de la Unidad de espalda de la Fundación Kovacs) si se usa la mochila de espalda debería cumplir los siguientes requisitos:

  • Un armazón semiblando que sea anatómico y modificable.
  • Dos tirantes anchos para ambos hombros, acolchados y extensibles con el fin de llevarlos tensados para mantener la mochila alta y pegada en su parte superior. Si los tirantes son estrechos y se clavan en los hombros se puede interferir con la circulación sanguínea y el sistema nervioso.
  • Un cinturón acolchado que se pueda abrochar a la altura del abdomen o el pecho. Sirve para ayudar a distribuir el peso entre el resto de los grupos musculares del cuerpo.
  • Un tamaño igual o inferior al del torso del niño, para no sobrepasar su eje de gravedad (2ª vértebra lumbar).

Consejos prácticos para un correcto uso de la mochila:

  • Limitar el peso del contenido y evitar transportar cargas inútiles. Si la mochila es muy pesada, el niño se ve obligado a arquear hacia delante la columna vertebral o a flexionar hacia delante la cabeza y el tronco para compensar el peso. No sobrepasar el 10% del peso del niño.
  • Colocar los objetos de más peso al fondo y pegados a la espalda.
  • Hacer uso de los dos tirantes. Si solamente se usa un asa, se produce asimetría en la carga, se levanta un hombro y se flexiona lateralmente la columna.
  • Utilizar las dos manos para coger la mochila, doblar las rodillas e inclinarse para levantarla y dejarla caer con los brazos hacia atrás.

 ¿Cuáles son entonces los factores de riesgo para la espalda de nuestros hijos?

Los factores que han demostrado estar asociados a un mayor riesgo de sufrir dolencias de espalda son los siguientes:

  • Sedentarismo (Falta de ejercicio).
  • Excesivo peso del material escolar que transportan diariamente.
  • Hábitos posturales incorrectos.
  • Material escolar inadaptado.

 ¿Cómo combatirlos?

Realizando ejercicio físico diariamente, con el objeto de potenciar la musculatura de la espalda. Animarles a practicar gimnasia y actividades deportivas adecuadas a su constitución y edad.

Adecuando el peso del material escolar al niño. Aquí juega un papel importante la comunidad educativa y los editores de los libros escolares fraccionando los libros en fascículos, utilizando libretas que puedan servir para varias asignaturas, disponer de taquillas donde puedan dejar en el colegio los libros que no precisan en casa, etc. Los padres debemos exigir medidas necesarias a la  Administración para conseguirlo.

Sentándose adecuadamente:

Al hacer los deberes en casa deben sentarse los más atrás posible en la silla.

La postura correcta sería apoyando los pies en el suelo y mantener las rodillas al mismo nivel o por encima de las caderas.

Mantener la espalda recta y los brazos y los codos apoyados.

Cambiar de postura con frecuencia.

Levantarse y caminar cada 45 – 60 minutos.

No girar solo parte del cuerpo.

 Delante del ordenador:

La pantalla debe estar a unos 45  centímetros de distancia de los ojos, a su altura o ligeramente por debajo.

El teclado ha de estar bajo, para no levantar los hombros y poder apoyar los antebrazos en la mesa.

Las muñecas y los antebrazos deben estar rectos y alineados con el teclado, con el codo en flexión de 90º.

A ser posible utilizar iluminación natural, y en todo caso evitar los reflejos en la pantalla.

La información ha sido recopilada por  J.M. Iglesias, Médico de Familia en las siguientes fuentes:

-American Physical Therapy Association. American Academic of Orthoapedic Surgeons. USA. Agosto 2006.

-Fundación Kovacs: www.kovacs.org.

-Jornadas de la Sociedad Asturiana de Medicina del trabajo. Colegio Oficial de Médicos de Asturias. Octubre 2005.

-Clara Fraile. Publicado en Consumer.es. Disponible en:

 http://revista.consumer.es/web/es/20051101/practico/consejo_del_mes