El primer pecado de la lista de pecados de organización viene a ser la multitarea. Prácticamente todos nos vemos muy identificados con la multitarea porque pretendemos que haciéndolo vamos ahorrar más tiempo y acabar más pronto con el trabajo. Yo no voy a mentir soy de las personas que le gusta hacer dos cosas al mismo tiempo, creo que tengo un buen nivel de concentración por eso puedo sacar las cosas de manera apropiada, más la multitarea no siempre es la respuesta idónea de organización.
Hay estudios científicos que demuestran que para efectos de funcionalidad y productividad, la multitarea es más perjudicial que benéfica. El lapso que toma al cerebro estar alternando actividades es más prolongado y es exponencial al número de ocasiones en que saltamos de tarea en tarea. Si por cada ocasión que dejo de hacer la tarea A para hacer la tarea B, el cerebro debe desenfocar y reenfocar su atención lo que hace que no tomemos conciencia plena de la tareas realizadas, con la consabida pérdida de tiempo al querer restablecer el foco para llevar el tren de trabajo correctamente.
Es muy importante que nos hagamos consientes de la como nos detiene en productividad al usar el modo multitarea, ya que por regla general una es la tarea principal y las demás suelen ser actividades que rara vez son relacionadas y más de las veces son superfluas. No me extrañaría que acompañando la redacción de nuestro reporte de ventas en el procesador de texto aprovechemos escapadas de ventana en ventana para revisar el estatus de Facebook y haciendo nuestra contribución al fraseo tuiteriano, mientras hablamos por teléfono con alguien que seguramente no tiene nada que decir importante pero si nos roba mucho tiempo. El resultado es simple, tu nivel de atención real al reporte es de un 20% de lo que debiera ser.
La penitencia para este pecado es hacer una cosa a la vez poniendo el 100% de tu esfuerzo, así sea por tiempos cortos pero perfectamente enfocados. Destina tiempos para hacer el trabajo, para tener descansos, para contestar correos, para preparar la comida, para ordenar la habitación. Es mejor invertir 15 minutos enfocados que 3 horas dispersas.