La decisión ha llegado de ser más organizado, de mantener el orden en casa, de saber que merecemos una mejor forma de vida, más apacible y sin sobresaltos. Eso está bien, el problema es que del decir al hacer siempre hay un trecho enorme y generalmente nos encontramos muchos baches en los que caemos irremediablemente. Solo necesitamos seguir ciertos pasos y mantenernos apegados a la vía para poder conquistar el desorden.
© Nacho Eguiarte / NACHOrganiza
Lista corta. Puedes hacer una lista tan larga como la de un niño pidiendo juguetes para navidad, pero debes saber de antemano que no funcionará, porque no habrá poder humano o sobrenatural que te haga apegarte a ella y completarla. Más que tareas multinumerarias lo que necesitas es tener listas muy cortas y concisas. Tres cosas que hacer o quizá si eres disciplinado hasta cinco pero nunca más de eso. Con menos cosas que hacer la tasa de éxito se eleva porque te mantienes enfocado en un objetivo, preferentemente todas las tareas contenidas en la lista deben ser afines, ya sea por área o tipo de quehacer.
Tiempo realista. Nunca dejes una lista abierta a la posibilidad de cumplirse cuando se pueda, porque tampoco pasará, tampoco puedes darles una ventana de tiempo demasiado breve porque terminarás más estresado que como empiezas y sin completar el objetivo. Dale el tiempo justo y necesario con un poco de holgura a esa lista de quehaceres para que tengas la posibilidad de cumplirlos en tiempo y forma sin desgastarte física ni moralmente.
Recompensa. Todos funcionamos mejor cuando ponemos una recompensa a una competencia. El orden de la casa y su organización se pueden ver como una competencia contra ti mismo y contra tus malos hábitos, por lo que es perfectamente válido tener una recompensa pequeña que nos incentive cada que terminamos una lista de tareas. Las recompensas pueden ser tan variadas como te imagines, desde un nuevo florero para adornar ese librero recién saneado, una vuelta al cine para ver una comedia que te destornille de risa, una tarde de auto chiqueo con velas aromáticas y aceites esenciales que te relajen. La idea es tener ese aliciente cada que ponemos manos a la obra.
Bien ahora no podrás decir que organizar es una empresa inalcanzable, como siempre lo hemos marcado, los pasos pequeños nos llevan a destinos lejanos. ¡Adelante a enfocarnos, hacer y NACHOrganizar!