Organizar con una etiquetadora en mano es la cosa más deliciosa que pueda existir, al menos para mí. Quizá padezco un poco de ciertas obsesiones y compulsiones. No es que vaya etiquetando todo en la vida, tampoco niego que me gustaría que más cosas tuvieran su etiqueta.
© Nacho Eguiarte /NACHOrganiza
Me resulta importante en el menester de la organizada que cajas, cajones y latas tengan una etiqueta con el contenido, de lo contrario es probable que por estar buscando alguna cosa en un contenedor que no es transparente y cuyo contenido se deposito tiempo atrás me obligue a abrir y hurgar en más de una caja por no recordar su contenido, doblando al final el trabajo. Con las etiquetas consigo mantener todo ubicado desde el momento que leo el contenido general, no creas que hago un inventario pegado en la caja, simplemente marco con una categoría lo que esa caja contiene. Así pues tengo la caja de navidad, juguetes, películas, etc.
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El dispositivo que me ha resultado muy útil para la situación es una etiquetadora Dymo electrónica, misma que permite el uso de cintas tanto de papel, como de uso rudos. Así puedo etiquetar no solo en interior sino en exterior también y consigo con facilidad los repuestos en Office Depot.
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Si tienes posibilidad de adquirir una, es muy recomendable; puede ser de la marca Dymo que es la que he usado desde pequeño cuando las etiquetadoras eran manuales y grababan una cinta plástica, o puedes ver los modelos que maneja Brother o Casio entre otros. Ahora si no estás en posibilidad de tal inversión, acostúmbrate a usar etiquetas de papel con marcadores indelebles que puedes comprar en cualquier papelería, la idea es que minimices la tardanza al buscar por cosas guardadas.