En días pasados, se dio la conversación con una amiga, sobre la manera de mantener la cocina organizada. Dos puntos son los que le señalé de importancia, tener las cubiertas lo más libre de electrodomésticos posible, y mantener a raya la cantidad de cosas que se cuelgan en el refrigerador, especialmente los trabajos de arte escolar. La razón es simple. Una cocina organizada, parte de la premisa de que todo esté bajo control. Una cocina descontrolada, o con cosas abarrotándola por doquier, es una manera de sentir que el corazón de la casa, se encuentra atascado.
En el caso de hoy, me quiero enfocar a la manera como podemos organizar esa pequeña galería de arte que es la cocina. Aceptemos, que no siempre el arte de los hijos es el mejor; no me malinterpretes, no quiero demeritar su valor emocional, solo pienso que no todos, tienen calidad de conservación. Es importante que cada trabajo, sea exhibido apropiadamente, se conserven los que valen la pena y que se desechen esos que son menos interesantes.
¿Cómo proceder con los trabajos? Divide las actividades en tres etapas, la recepción, la valoración y la organización. La recepción tiene que ver con el momento en que llega el niño de la escuela con su trabajo. La valoración con el momento de intercambiar de exposición, definiendo el fin de la que desmontas. La organización, es sobre el momento de tomar decisiones, dejar partir y tomar las riendas del acomodo de aquello que se conserva.
Recepción. Tu niño llega emocionado de la escuela porque hicieron un trabajo con pasta, con crayones o con pintura acrílica. Él, evidentemente está satisfecho y orgulloso, por decirlo de algún modo, está en los cuernos de la luna. Te ofrece su trabajo como muestra de amor, tu lo recibes y lo elogias. En ese momento de manera ceremoniosa, pasas a la siguiente etapa, la de la valoración.
Valoración. Con la ayuda de tu hijo, llegó el momento de quitar el trabajo anterior, dar las gracias por él, colgando el nuevo en el refrigerador. En ese momento la nueva exhibición queda inaugurada. Tiempo de decidir, que calidad tiene el trabajo anterior. Vale la pena conservarlo, está en buen estado, tomen la decisión juntos, en caso afirmativo, pasan a su ordenamiento, en caso opuesto, simplemente lo pasan a la cesta de papel por reciclar.
Organización. Si en su mayoría son hojas de papel, puedes optar por cajas de plástico, donde puedas colocar uno sobre otro. Cada caja deberá tener el nombre del hijo que guarda sus cosas. Otra opción es hacer álbumes, con un recopilador y protectores de hojas, que puedes encontrar a precios accesibles en las grandes papelerías, pondrás cada trabajo, como si se tratará de un álbum fotográfico. Este te permite acceder a él con facilidad y montarlo en el librero con otros recuerdos. Recuerda que en cada caso, solo conserven aquello que tiene cualidades. Cuando se trate de trabajos con volumen o materiales perecederos, opta por fotografías digitales, inclusive, en los que son de tamaño carta, puedes usar el mismo método. De ese modo puedes tener cientos de trabajos, sin las inconveniencias de perder espacio o tener un potencial nido de papel para bichos.
Como consejo personal, pues no me gusta colgar nada del refrigerador, optaría por tener tablero, ya sea una pizarra o corcho y que sea el sitio permanente de exhibición, en la cocina o en un lugar especial de la casa. También te recomiendo leas un articulo de Claudia Torre en A Personal Organizer, donde habla del mismo punto.
El artículo “Galería de Arte en una cocina organizada” escrito por Nacho Eguiarte, apareció publicado primeramente en NACHOrganiza Blog de Organización Profesional en Español