Todo es verde hoy, tratamos de consumir de maneras más sensatas, hay supermercados que abren cajas especiales para que pagues solo si portas tus bolsas reusables, la conciencia se despierta para reciclar todo lo que podamos salvando al mundo de la terrible epidemia que es la sociedad de consumo. Pero no te confundas en ese afán con el ánimo de solo acumular.

Tira la basura. Sea que pase por tu casa diario, cada tercer día, una vez por semana o que la deposites en el contenedor de tu condominio, la basura tienes que tirarla sin miramientos porque además de convertirse en un foco de infección, a nadie (o al menos creo que a nadie) nos gusta tener un bote mal oliente, vomitante de desperdicios.

Recicla ya. Es hermoso que quieras guardar todas las botellas de plástico, todos los frascos de vidrio porque has visto cuanto orgullo genera hacer tus propias cosas, sin mencionar el beneficio a la naturaleza. O quizá eres de los que reciclan para obtener algo de dinero vendiendo aluminio o fierro, y ese dinero usarlo en proyectos para la casa. O dirás que reciclas por el simple placer de reducir tu huella de carbón en el ecosistema que habitas. Cualquiera de estas válidas razones y otras más deben ser acciones no excusas para conservar un bonche de cosas que realmente no tienen uso práctico, no uses el disfraz del reciclaje para camuflar la basura. Si quieres conservar cosas para reciclar tienen que tener destino en un tiempo breve máximo un mes o mes y medio yéndome al tope, de lo contrario ponlo en la basura porque solo es acumulación sin sentido.

Dona solo lo que sirva. En la misma línea de idea del reciclaje, cuando sientes la epifanía de que es momento de donar, es importante que solo dones aquello que pueda tener un valor de reventa, porque al final de cuentas las instituciones de caridad cuentan en poder vender a un precio conveniente las cosas que les donamos, ellos no son acumuladores institucionalizados ni tiraderos para basura disfrazada de buena acción. Por favor, no dones algo que sabes que está dañado o que no le regalarías a un familiar apreciado, además cuando hagas la donación límpiala o lávala según sea el caso, no porque sea altruismo debe ir sucio, es una falta de respeto y una pésima imagen de ti.

Vende, repara, regala sin demora. Muchas de las cosas que tenemos y no usamos pensamos que pueden ser de buen uso en alguien más, así guardamos cosas para regalarlas a los amigos o familia, sucede igual con lo que buscamos vender sentir que hubo una retribución económica además de haber servido. En esos casos pon fechas límites; si no marcas un tiempo razonable para pasar de manos las cosas solo estarás reafirmando el hecho de que no quieres verlas partir. En el caso de lo que requiere reparación también presupuesta su arreglo y determina un tiempo lógico para tenerlo listo, pues tener triques arrumbados  es el recordatorio de tú pecado de procrastinación.

Bien con los lineamientos pasados puedo decirte que si no muestras acciones para eliminar el abarrotamiento estás poniendo etiquetas falsas a la acumulación. Acumular porque si, es acumular sin razón.