¿Cuántas veces te has quejado de tu casa? Más específicamente, ¿cuántas ocasiones has renegado de no tener más espacio para guardar tus cosas? Seguro, esa ha sido tu principal excusa para tener la casa abarrotada. Si no lo ha sido, si has creído que de tener uno, dos o tres clósets más, podrías por fin arrojar, quiero decir acomodar, el excedente de pertenencias dentro. Siempre entra en la ecuación de la organización, el espacio de almacenaje como la constante que nos ayude a encontrar la incógnita, ¿Cierto? Categóricamente digo que no. Es un problema pensarlo, porque con esa idea lo que hacemos es llenarnos más de cosas, muchas de las cuales no son esenciales en nuestra vida, además solemos no deshacernos de mucho o nada en el proceso de adquisición.

Recuerdo tanto una frase de Geralin Thomas de Metropolitan Organizing “La solución no es más espacio de almacenaje, son menos cosas” Es imposible pretender que el contar comas metros cuadrados, los problemas de organización desaparecerán. Piensa en ello como el bolso que cargas a diario, es regla general que mientras más grande lo compras, más cosas pones en él por si se ofrece. Aun cuando tengas un bolso enorme tipo pañalera, te puedo apostar que sientes que olvidas algo, o inclusive te alteras un poco porque no puedes meter un par de cosas extras. No hablaré del estado de organización del bolso, al menos no por hoy. El bolso solo es una analogía con la casa. La casa y su espacio no es expansible, no crece a voluntad y no puede contener cuanto queramos dentro de ella, al menos no de manera ordenada, especialmente si evitamos sacar variables de la ecuación a cada momento que seguimos introduciendo otras, la ecuación jamás será balanceada. La solución es sencilla, pero para algunos no es indolora. A menos variables menos dolores de cabeza, por tanto te presento medidas a tomar.

Eliminar variables. Primero que nada tienes que sacar elementos de la casa, debes aceptar que de las posesiones generales hay una buena cantidad que son de poco o nulo uso. Aprende el valor de dejar ir, de no excusar el por si lo necesitará. Erradicar ese pensamiento de la cabeza ayuda a eliminara abarrotamiento. Yo mismo he guardado cosas por si las necesitara y resulta que al necesitarlas termino comprando lo que necesito pues olvido que ya lo tenía, por eso no aplico más esa excusa.

Definir el espacio. Cuantifica tu espacio de almacenaje, midiendo clósets, contando cajones, repisas. Ya con una noción clara de dónde poner lo que si usamos, sabremos que mantenernos ajustados a ello será clave para no perder control.

Balance de la ecuación. Tu espacio no se va a expandir por lo que no puedes adquirir nada sin deshacerte de cosas. La idea de mantener el balance funciona sacando cosas antes de poner nuevas, es hacer espacio para lo que venga de fuera dejando ir lo que ya hay adentro. En el momento que no aplique la regla de sacar para meter empezará a crecer el número de posesiones y el espacio disponible para guardarlas se colapsará, volviendo al caos original.

Negativas a la incógnita. No dudes, di no. La negativa será tu herramienta más efectiva para organizar y mantener la organización. No adquieras por impulso, no traigas a casa algo que no es imperiosamente necesario, no dejes de deshacerte de al menos una o dos cosas cuando traigas algo nuevo a casa. El no es la llave del orden.

Poco soy aficionado a la ciencia ficción aunque si hay ejemplos de ella que me enamoran, por eso quiero usar una última analogía que de no conocerla te invito a que la investigues; tus clósets no son como el Tardis, del Doctor Who no son más grandes por dentro que por fuera.