Ser mamá maestra es un rol que creemos nuevo como resultado de la pandemia en curso. La realidad difiere de esta apreciación ya que ese rol es intrínseco.

Mamá maestra
madre
Imagen por Chuck Underwood desde Pixabay

Celebrando en mayo

El fin de semana pasado en México celebramos a las madres. 10 de mayo es una fecha que está presente en nuestros corazones. La semana también viene acompañada con otra celebración importante, la de los docentes el día 15 de mayo. Por eso mi menté se encendió como bombilla de idea, ¿por qué no hablar del rol educativo de las mamás? Al final de cuentas una madre es una mamá maestra. Esto cobra relevancia especialmente hoy día que hacemos home office y también escuela en casa.
¿Es mamá maestra un nuevo rol?

En apariencia se podría pensar que ser mamá maestra es algo tan nuevo como la cuarentena que vivimos. Deja te digo que no. Este rol podrá estar en el reflector en estos momentos, sin embargo, de ninguna manera es algo recién sacado del horno. El papel educativo de las madres ha estado presente desde siempre. Estoy convencido que es parte intrínseca de ser mamá. Mamá es la que nos enseña tantas cosas de la vida, vestir, comer, andar, hablar, etc. Ese es el primer momento donde se despliega su capacidad como docente durante nuestra tierna infancia. Después y a lo largo de nuestra existencia, ella siempre tendrá un papel destacadísimo en las artes de educarnos, porque debemos recordar que la educación se mama.

En la escuela aprendemos

Ha de resultarte una tontería que diga que en la escuela aprendemos, para qué más es la escuela ¿o no? Bueno, me gusta diferenciar que la escuela es el recinto donde los docentes nos enseñan aspectos académicos, ya sabes matemáticas, física, biología, español, etc. Todos esos conocimientos tan preciados e importantes que esos ángeles nos depositan, forjando nuestras capacidades, habilidades y raciocinio. Ángeles que van por la vida con el título de maestras y maestros. Tan importante su trabajo que deben prepararse por años para estar frente a grupo. Tan dedicada su entrega que a diario deben preparar lecciones y técnicas para aprender mejor. Digno de aplauso es su labor. Lo que si no aprendemos en la escuela es la educación ya que esa la traemos de casa. Con educación y academia logramos una conjunción maravillosa.

Reconociendo a la mamá maestra

Presentando mis argumentos debo ahora otorgar un reconocimiento muy sentido a toda madre que hoy día reafirma su rol de maestra, ya no solo de educación sino también de academia. Si porque en esta época que estamos viviendo, las madres han establecido una alianza poderosa con las maestras para que el aprendizaje de la infancia y adolescencia no se detenga. No es una tarea sencilla ni para docentes ni para mamás. Hay desesperación, hay sinsabores, hay retrocesos, pero al final del día, hay avances y la seguridad que todo se puede lograr con empeño y con dedicación, aunque sea un camino sinuoso.
Gracias, mamá maestra. Gracias, maestra mamá. Gracias docentes. Y en especial gracias a mi madre que sin ella y sin su fortaleza en el camino a veces tortuoso a veces llano, no podría ser lo que soy hoy.