Hemos hablado de cómo organizarnos. Especialmente hemos hecho énfasis en que debemos empezar de a poco, sin desesperarnos, particularmente necesario cuando nuestra personalidad dista mucho de ser organizada. Mientras menos desarrollada tengamos la habilidad de la organización en nuestro sistema de vida diaria, es más importante que la alimentemos con pasos cortos que nos enseñen la importancia y la ventaja de organizar no solo el espacio alrededor de nosotros, también nuestras actividades, nuestro flujo de vida y que la hagamos compatible con aquellos que comparten el mismo espacio, familia, compañeros de departamento, pareja, etc. Por es pensé dar un poco de remarque a las claves que nos pueden ayudar a mantenernos organizados una vez que ya empezamos la aventura.

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Desarrollar sistemas. Las rutinas suenan aburridas, pero no es que lo sean es que les damos tanta importancia a la rutina en sí que nos olvidamos que lo más importante es el sistema y no que se aplique a determinada hora del día. Pensemos pues más que nuestro día sigue su curso mediante sistemas, uno para ir al trabajo, otro para organizar la casa, otro para ir acomodando y deshaciéndonos de lo que nos sobra. Pensar en un sistema que lo mismo puede aplicarse por la mañana o por la tarde será más sencillo de conservar que una rutina que de manera castrante te dice que de las 8:15 a las 8:30 tienes que levantar la ropa sucia y llevarla al canasto de lavandería. No tener esa etiqueta de obligación hará que el sistema se aplique por interés del resultado no por obligación de cumplir.

Ayudas. Especialmente cuando se conviva con más personas en el mismo espacio, sea casa u oficina, es importante que todos participen de los sistemas, pues a todos beneficiará el que estos se apliquen, primero que nada porque nos crea una disciplina y segundo porque nos ayuda a la convivencia, piensa en en ello como un manual de urbanidad. El tener ayuda hace las tareas más fáciles, ya se acabaron los tiempos en que una persona hace todo el trabajo, estamos en una era que para tener éxito en cualquier cosa que emprendamos hay que trabajar en equipo. Si vives solo de cuando en cuando puedes pedir ayuda a amigos, devolviendo el favor por ellos.

Constancia. La constancia debe ser como el tratamiento cuando estamos enfermos. Tener una infección en el estómago y tomar solo la primer dosis no es suficiente para acabar la enfermedad, por mucho que con esa toma nos sintamos mejor. Debemos completar un tratamiento para ser dados de alta. La constancia en mantener el orden y seguir desabarrotando nuestros rincones es lo que hará que tengamos éxito, porque la misma medida que hace que nos desbloquemos en casa eliminando el caos, es la misma que hace que todo aspecto en nuestra vida se descongestione también.

Fácil en su lugar. Regla básica de toda organización exitosa es tener un lugar para cada cosa. Si tienes 100 libros y no hay un librero, aunque hagas pilas más o menos acomodadas de libros terminarán regados por la habitación o la casa. Si tienes 100 prendas de vestir y no hay un clóset, ropero o rack donde colgar o doblarlas terminaran siendo parte de la decoración y mezcladas ropas limpias con sucias. Tener un sitio a donde cada cosa pertenece es escencial para que al terminar de usarle vuelva a él.

Funcional en cantidad. La vida entera no se trata de cantidades, se trata de calidades. En cuestión de lo que poseemos es importante que la cantidad no nos sobrepase porque terminaremos con armarios, cajones y repisas que vomitan cosas que no pueden soportar. Seamos realistas con lo que tenemos, las cantidades deben corresponder a una vida funcional, a una vida de calidad no de cantidad, no vamos a ser ni mejores ni más felices por tener más zapatos especialmente si en la semana no salimos de usar los mismos pares.

Creo que lo que te presento no es difícil de alcanzar, son métodos muy simples, muy realistas de mantener el caos a raya, pero siempre recuerdad que todo lo hacemos no porque luzca hermoso u organizado, es porque pretendemos tener una mejor calidad de vida, una vida funcional, donde las cosas cumplan el cometido de hacerla más fácil no de que sean elementos que nos roben la tranquilidad.