El viernes pasado lanzaba un reto justo antes de terminar noviembre, quería que fuera significativo porque no solo de organizar vive el hombre como no solo de organizar me gusta hablar. Me gusta sentir que aporto algo con el blog y las notas que escribo, me gusta pensar que la organización lejos de se una actividad unitaria, se nutre de otras áreas, una de ellas el coaching que no es otra cosas que el aprendizaje de técnicas para la vida diaria, para el enriquecimiento de nuestra vida espiritual, interna, nuestro crecimiento como seres humanos, por eso lancé el reto, pero por lo mismo no quiero dejarlos solos en esa tarea y quiero que los compromisos los abordemos uno cada día por los siguientes días.
El primer compromiso que les pedía, bueno y que también me pido a mi mismo, es ser agradecido por las cosas que tenemos y más por las que no necesitamos. Si tenemos poco o tenemos mucho no importa, cada una de las cosas que poseemos tienen un valor sentimental y también material, esa es la primordial razón por la que debemos agradecer que las tenemos. Ser afortunados de tener algo es motivo de agradecimiento, porque hay mucha gente que no tiene ni lo mínimo indispensable; esa es la importancia de valorar, no por lo que cuesta sino porque podemos disponer de ellas.
La segunda parte del compromiso es la que hay que puntualizar, porque desde pequeños nos han enseñado a agradecer los dones recibidos, ya sea en casa, ya sea en la instrucción religiosa en la que hemos sido formados, pero ¿Cuántas veces nos han enseñado a dar gracias por aquello que no nos hace falta? Creo que nunca, cuando menos hablo por mi mismo. En un proceso de introspección personal, he descubierto que no solo se puede ser feliz teniendo menos cosas, se puede sentir plena realización por saber que no nos faltan otras tantas aún cuando pudiésemos adquirirlas. Yo doy gracias a que no tengo una casa más grande, si la tuviera tendría más preocupaciones monetarias y de mantenimiento, la realidad es que no la necesito. Yo agradezco tener un espacio muy delimitado en el clóset para mi ropa, porque coleccionar prendas es algo que no necesito pues no necesito un clóset que vomite tela de prendas que poco o nada uso. Yo agradezco tener acceso a servicios médicos pero que no necesito pues tengo buena salud (no quiere decir que siempre sea así). Agradezco sobre todas las cosas, que la necesidad que tenía hace no mucho tiempo de llenar mi cuota de alegría con pertenencias, ahora la subsano con experiencias y convivencia con mis amigos, porque una de las cosas que más atesoro es tener tiempo, especialmente porque ese ni se puede guardar ni se puede comprar.
Agradezcamos pues, como tu quieras, de memoria, con una lista, en la cena, en la tranquilidad de tu habitación, en un tiempo para pensar, por lo que tenemos y lo que no nos hace falta. No hablo solo de cosas, hablo de la experiencia general de vida, incluyendo el amor, la salud, la tranquilidad, todas y cada una de las expresiones de ella. Agradecer es más fácil, especialmente si lo sientes en tu corazón.