En materia de organización como en otros ámbitos de la vida, existe un concepto acuñado de que todo debe ser perfecto, de que ambicionamos un estilo de vida donde todo encaje de manera precisa. De hecho los medios de comunicación, la escuela, el trabajo y muchas veces la misma familia tienden a machacarnos la idea de que tenemos que ser mejores a cada minuto de nuestra vida, de que la meta final de nuestro esfuerzo es ser perfectos y que todo nuestro entorno y actividades lo sean también. Es una idea mal entendida, la vida no se trata de ser perfecto en todo caso se trata de tener excelencia en lo que hacemos y en la manera como vivimos.

La organización de la casa y de la vida misma padece del mismo concepto erróneo; la realidad es diferente, no se trata de ser perfecto sino de crear sistemas que hagan que nuestro día corra de manera natural si mayores contratiempos y sin crearnos un estrés adicional al que provocan las cosas que no podemos controlar.

Todos nos sentimos atraídos a mirar libros y revistas de decoración, blogs de organización, páginas de internet donde nos dan consejos para la vida. Es natural que babeemos por esas imágenes dónde todo esta bellamente organizado, dónde poder a través de la misma imagen casi oler las rosas que aparecen en un florero estratégicamente coloca para darle a la habitación un toque de cordialidad, que nos hace rendirnos y desear que nuestro entorno sea tan lindo como ese. Que me dices de la enorme ansia de ver el cuarto de nuestros hijos tan ordenado que sabemos dónde encontrar todo y tener un inicio de día feliz pues no tenemos que elevar nuestra neurosis al no encontrar el par de calcetas, que a su vez provocan que retrasemos el plan de acción por varios minutos y nos llevaran a padecer un endemoniado congestionamiento en la calle camino a la oficina después de dejar a los niños en clase.

Vamos a hablar claro. Esas imágenes están planeadas incluso por meses, se hacen múltiples pruebas de staging o acomodo para obtener la fotografía ideal. No son producto de una sola persona, hay todo un equipo que determina como debe verse cada centímetro del espacio, decoradores, organizadores, fotógrafos, directores de arte; la mayoría de las fotos que vemos llevan todas esas personas detrás. La toma se hace hasta que la luz sea perfecta, son modelos de aspiración, pero en ciertas condiciones se tornan en contra de los mismos lectores al crearles angustias porque sus casas no se verán del mismo modo, a menos que inviertas horas y miles de pesos en crear el escenario perfecto.

La base que debemos tomar para poder organizar, decorar y vivir nuestro espacio radica en hacer nuestro mejor esfuerzo con los recursos que tengamos a mano. Es establecer los esquemas de rutina o planeaciones adecuados a tu propio estilo de vida no al que un editor de revista dice que te tienes que ajustar. En ello me incluyo yo mismo, lo que te ofrezco como artículos es para que logres tener una inspiración a tener una vida más organizada que te conduzca a mejorar tu calidad de vida disminuyendo tus niveles de estrés; de ninguna manera mis comentarios son grabados en piedra, pues dependen de mi experiencia personal que comparto contigo para que tu acciones tus propios mecanismos y sistemas de organización.

Entonces dejemos de perseguir la perfección, la perfección es difícil de lograr, podría decirse que es imposible. Además la perfección resulta aburrida, le quita la sazón a la vida, es mejor ser imperfecto en constante evolución que perfecto y estancado.