No wire hangares, ever!… esta icónica frase pronunciada en privado por Joan Crawford, e inmortalizada en el filme Mamita Querida (Mommie Dearest) donde Faye Dunaway le dio vida a la diva del cine estadounidense; fue un reflejo de la ira desatada de Crawford su hija al descubrir en su armario las prendas colgadas con ganchos de alambre. En esa situación un simple gancho de alambre, simbolizaba el desprecio por lo común y corriente que debía ser borrado utilizando ganchos acojinados para no confundir el estatus de diosa de la pantalla de plata y su poderío económico con el de cualquier simple mortal.

(vía El Edén Sideral snapshot de la película Mommie Dearest, Paramount Pictures)

En mi caso es importante saber porque no me gustan los ganchos de alambre. No hay ningún trauma retorcido. Todo se resume en el hecho de que todos invariablemente gastamos considerables sumas de dinero de acuerdo a nuestras posibilidades en ropa. La ropa que nos permite salir a trabajar, socializar, asistir a eventos, descansar y hasta fondoguear a placer en la comodidad del hogar. Nuestros recursos económicos y las pertenencias que adquirimos deben ser cuidadas y tratadas con respeto para hacer lo más con ellas, en el caso específico de la ropa para que nos duré más tiempo en las condiciones más óptimas posibles.

Debemos leer las etiquetas de cuidado y no olvidar que este no solo se da en la lavadora o secadora. La mayor parte del tiempo, las prendas que van colgadas deberán su forma y trato al tipo de gancho que utilicemos. Un gancho de alambre por regla general tiende a marcar los hombros de suéteres, camisetas o camisas. Es preferible que de acuerdo al presupuesto que puedas asignar a esta materia, sustituyas los ganchos de alambre por ganchos de plástico cuya composición es mas gruesa que un alambre. También si te gusta un aire más romántico y coqueto, ganchos acojinados con detalles de listón, pero estos solo si tienes amplio espacio en el armario pues son bultosos. Mi elección siempre ha sido por tener dos juegos, uno de plástico para usarlos al lavar la ropa, y de madera para su almacenaje; estos han probado por años ser mi mejor inversión pues cambio de guardarropa pero los ganchos siguen siendo los mismos.

Si el precio te preocupa, ve cambiando poco a poco hoy en tiendas especializadas del hogar encuentras paquetes de media o una docena por pocos pesos. Los de plástico opta por los de forma tubular. Es bien importante que valores el peso de la prenda para que con ello no doble el gancho especialmente si es de plástico. También hay opciones que son forradas en terciopelo  detalles para los guardarropas masculinos o las mujeres que odian el estereotipo de la mujer-encaje.