Básicamente todas las actividades de la vida cotidiana son susceptibles de organizarse. Para ello nos valemos de muchas técnicas y trucos. En materia de comidas, con los precios de los alimentos aumentando día a día, es importante saber que podemos hacer para mantener nuestros bolsillos bien cuidados. Aunque los consejos están elaborados pensando en las familias de tamaño regular a grande, muchos de los principios básicos aplican a las familias chicas, parejas e incluso individuos.
Comer juntos. Ademán de incentivar la convivencia uno de los beneficios de comer juntos es que se condensan las actividades previas de preparación como posteriores de limpieza, lo que hace que los recursos sean mejor aprovechados, además al hacer comida para todos las cantidades de los víveres se aprovechan mejor. En caso de ser individuos podemos hacer comida para 3 o 4 raciones y congelar una parte y otra refrigerarla para otros días de la semana.
Comer en casa. Comer en casa siempre es la opción más económica y confortable, debemos aprender que cocinar no es un suplicio sino un deleite, no necesitamos ser maestros de la cocina solo tener una serie de platillos que con la práctica nos salgan cada vez mejor. Otro recurso es hacer una comida elegante una vez a la semana en la casa, con la vajilla buena, con código de vestimenta, con una botella de vino o aperitivos, para emular la experiencia de comer en un restaurante.
Planear el menú. Como todo en la vida, si planeamos evitamos las sorpresas, así sabemos desde el momento de hacer la despensa las cantidades de comida que necesitamos y los montos de dinero que desembolsaremos, mientras más nos apeguemos a la lista y por ende al presupuesto la erogación será menor.
Anticipa la preparación. Con el ritmo de vida tan ocupado de hoy día, el que podamos anticipar parte de la preparación de los productos para las comidas nos ayudará a destinar menos tiempo a la cocina y más a la sobremesa. Lava, corta y desinfecta las verduras desde la mañana, para que al llegar a la hora de la comida o cena la mitad de tu trabajo este hecho.
Comprar calidad-precio. Nada más importante, con las técnicas de mercadeo especialmente los supermercados te ofrecen grandes ofertas en unas cosas mientras que otras tienen precios superiores para compensar su pérdida-ganancia, así que si tienes el tiempo y cercanía a diversos centros de abasto, considera comprar los productos en diversos sitios donde la relación calidad precio te resulte conveniente. Pero sopesa la ventaja porque en ocasiones ir a distintos sitios puede acarrearte gastos no visibles, como gasolina, pasajes, estacionamientos, tiempo y con ello a veces puede resultar más ventajoso pagar unos pocos pesos más pero ahorrar tiempo. Recuerda que el tiempo es un bien no renovable.
Menos carne. Debemos superar el estigma muy arraigado en nuestra cultura de que si no se come carne no se le puede llamar comida. Hay tantas posibilidades hoy en día que nos permiten sustituir la proteína animal por proteína vegetal que por lo regular es más económica. No se trata de convertir al vegetarianismo a nadie que no quiera ser vegetariano, se trata de alimentarse inteligentemente sin prejuicios. No está de más recordar que el consumo de mucha proteína animal con las técnicas de engorda modernas resulta nocivo a la salud. Así que a romper moldes y razonar lo que comemos y sacar el mejor partido.
Lo mismo para todos. La casa no es un restaurante; cuándo el recurso económico no es holgado o es escaso, hacer comidas basada en cada miembro de la familia es un lujo que no puede permitirse. Elaborar más de un platillo solo por satisfacer el capricho de uno o varios miembros del clan puede descarrilar tu cartera. Opta por integrar las comidas favoritas de cada miembro rotándolas a lo largo del mes.
Dividir para conquistar. Como todo quehacer en la casa, la cocina también debe ser una actividad familiar. Deja de lado el concepto arcaico que la cocina es para la mujer de la casa. Todos debemos participar de la preparación de los alimentos, unos cortando, otros lavando, alguien cocinando (rol de cocinero principal), así mismo debemos repartir los deberes de vestir la mesa para la comida y limpiar después la cocina y el comedor. Entre todos la labor es más sencilla.
Estos son algunos de los consejos que puedes emplear a la hora de organizar la mesa y sus alimentos. Cuéntanos que estrategias sigues tu o si alguna de las presentadas van acorde contigo.