En este espacio hemos hablado de organizar nuestros espacios, de mantener en buen estado la finca que habitamos y claro hemos dado consejos sobre como podemos organizar varias actividades de la vida diaria; lo que no hemos profundizado es como organizamos a la persona, no sus cosas o su espacio sino a la persona en si misma.
© Nacho Eguiarte / NACHOrganiza
En el caso cuando exista un evento traumático es importante acercarnos a un escucha ya sea en la forma de un consejero espiritual, un terapeuta, psicólogo o amigo que tenga la cualidad de escuchar sin juzgar. De primer instancia se debe hablar de la situación que provoca los sentimientos de desorden en nuestra vida; el rompimiento amoroso; la muerte no superada de alguien cercano; la pérdida de un empleo; las dificultades económicas, etc. Si el equipaje emocional que cargamos es de índole que cae directamente en el campo del abuso físico o mental, o aquellos resultados de situaciones de violencia o por problemas psiquiátricos es importante que sean atendidos por un profesional del ramo. Mientras no seamos capaces de resolver emociones atoradas o dar cierre a capítulos de nuestra existencia, vamos a reflejar esa falta de estabilidad haciendo evidente conductas tales como la acumulación, el extremo apego a las cosas, la sobrevaloración del cuánto se tiene en lugar del cuánto se disfruta. La vida esta hecha de abrir y cerrar puertas por lo que es importante dar resolución especialmente a esos problemas por los que pasamos para no dejar que los fantasmas del pasado nos aterroricen en el presente evitando que miremos al futuro. Nadie llega al futuro con los ojos cegados por el miedo.
Cuando el caso es el miedo al cambio, debemos mentalizarnos que si no se toman riesgos no puede haber ganancias. Es intimidante cambiar especialmente cuando se tienen motivos para no hacerlo como cierto confort o control de las circunstancias que nos rodean, pero mentalizar en una meta ulterior y mantener enfoque sobre el premio es la mejor manera de poder dar ese brinco de fe, después de todo el ser humano tiende a ser dinámico y busca siempre mejorar sus condiciones de vida, pasa con el aspecto material tanto como el aspecto espiritual.
Resolver ambas condiciones es necesario para lograr conciliar el individuo desorganizado que se es con el individuo organizado a que se quiere convertir; dejando asentado los situaciones del pasado y los miedos actuales se puede entonces trabajar en lograr un cambio de conducta llegando eventualmente a organizar al individuo de dentro hacia fuera.