Al organizar, una corriente le da importancia a lo bonito otra a lo funcional. Lo ideal es un balance pero la funcionalidad tiende a ser más importante.
En anteriores ocasiones he mencionado que las bases de una buena organización, radica en que el sistema implementado sea claro y sencillo. Muchos en organización, consideran que esta debe ser hermosa a fin de que motive a mantenerlo. Otros por su parte, dicen que lo funcional es lo esencial. Yo tengo mi opinión que al final expondré, pero quiero que veas que ventajas y desventajas puede ofrecer una u otra corriente a la hora de organizar tu casa, tu oficina o cualquier otro espacio.
Organizar Bonito
La principal ventaja de esta organización es que se aspira a tener espacios que resulten estéticamente placenteros. Que a través de la mirada nos animen a mantener el orden y evitarnos un estrés no necesario. Para ello usamos cajas decoradas, contenedores con formas agradables no solo a la vista, también al tacto por medio de texturas. Muchas veces podemos hacer nuestras propias versiones de los mismos, si somos diestros en el bricolaje o manualidades. Bien, pero puede pasar también que a ciertas personas lejos de mejorar sus niveles de ansiedad por la organización, les provoque un aumento en ella, porque se sienten obligados a mantener las cosas sin que se muevan un ápice. En esos momentos, todo sistema de organización estará condenado al fracaso. Esto es porque todo sistema para ordenar nuestra vida, es un ente que tiene necesidad de respirar, de moverse, de tener dinamismo, por lo que la belleza puede perderse y el ánimo de organizar quedará enterrado en una bella caja.
Organizar Funcional
Lo funcional precede a la estética, eso es, que damos más importancia a la manera como fluye el sistema, sin preocuparnos demasiado por si los colores están coordinados, si nuestros contenedores tienen un estilo que vaya acorde a nuestro gusto o decoración. Independientemente siempre encontraremos todo, porque todo tiene una lógica. El lado negativo es que puede resultar aburrido y cansado ver que las cosas si bien están organizadas, pero no aportan un brillo o chispa emocionante a los sentidos. En esos momentos también podemos caer en el hartazgo y considerar obsoleto el sistema no porque no sirva, sino porque no motiva a continuarlo.
Balance
No se trata de ser un as de la estética para organizar apropiadamente y de manera grata. Tampoco se necesita dejar de lado lo bello solo porque funcione bien. La idea es encontrar ese delicado balance, donde te permita tener un sistema que te venga bien en términos de operación pero que conjugue la suficiente belleza para que te motive a continuarlo día a día. Lo que no debes hacer es caer en el estrés de sentir que si no cumple ambas condiciones, el sistema fracasará rotundamente.
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¿La Función O La Estética?
Al tener antecedentes en arquitectura, me gusta mucho lo funcional pero que tenga aderezo de belleza, siempre y cuando permita mantener un sistema real, apropiado, coherente y sencillo de seguir. En mi educación profesional fui enseñado a que la forma siguiera la función y es así como establezco sistemas de organización, primero que nada pensando en cómo funcionará y después vistiéndolo con toques de belleza. No hace falta angustiarme por alcanzar la perfección, no necesito ese peso adicional. ¿Cuéntame tú sigues la forma o la función?
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