Efectivamente, hay palabras que odio al organizar. Me provocan una picazón en la mente que me hace querer gritar. Te comparto mis razones.

A lo largo de muchos años de trabajar en la profesión de organizar, he realizado proyectos y me he preparado constantemente para afrontar nuevos retos. Sin embargo, y quizá por la capacitación que constantemente procuro, hay palabras que odio al organizar o cuando las miro divulgadas. Aclarar, no es porque odie quien las utiliza. Se trata de un malestar más provocado por el punto de vista que ofrezco al trabajar con mi clientela. Gente que, por lo regular, están agobiados y sobrepasados por el desorden, por la carencia de habilidades y porque tienen este sentimiento de derrota y falla que equivocadamente piensan es parte de sus rasgos personales. Buen, ¿pero qué palabras son de las que hablo?
Correcto
Con mucha frecuencia se utiliza esta palabra. La correcta forma de organizar, la manera correcta de doblar, de guardar, de almacenar. La realidad es que en organización la corrección de formas realmente no aplica. No hay respuestas únicas para preguntas que tienen que ver con atajar los proyectos de organización y orden. En todo caso, hay soluciones variadas que se aplican dependiendo de quién va a usar los sistemas que se implementen. Prefiero tener en mi vocabulario la palabra adecuado. Es mejor un sistema adecuado a la persona ya que la corrección depende de la perspectiva de la persona que aplica el sistema, no necesariamente de quien lo adopta.
Perfecto
Debo decir que me genera una incomodidad tremenda esta palabra. Esa búsqueda persistente de la perfección en el orden. La perfección es lo que termina fastidiando los proyectos de organización. No vivimos en revistas de decoración, la organización no es una toma fotográfica. Las redes sociales nos llevan a desear estándares que para mucha gente complican su vida. La finalidad de la organización es simplificar la vida diaria, no hacerla más complicada con estándares o pasos a seguir que terminan sumándose al agobio. De nueva cuenta, te propongo una mejor palabra, suficiente. Que las cosas sean suficientemente buenas, suficientemente funcionales y ordenadas para que la calidad de vida mejore y se mantenga con facilidad.
Tirar
Parte del proceso de organizar requiere eliminar ciertas cosas, pero esto no quiere decir que se tiren. Tirar tiene una connotación fuerte para la gente, porque se asume que tiramos la basura y con esa idea nos quedamos. Nuestro esfuerzo, lo que nos costó tiempo, dinero, mantenimiento, limpieza y quizá hasta reparaciones ¿terminando en la basura? No es una imagen agradable. Hay muchas maneras de gestionar aquellas cosas que dejaron de aportarnos. La donación quizá se la más típica. Otra forma es pasar de manos a otra persona que encuentre útil aquello que se quiere depurar. Vender es posible aunque requiere una capa extra de trabajo para encontrar el mejor medio para vender. Hablemos pues de editar más que de tirar. Editamos nuestra posesiones para salvaguardar lo que tiene valor estético, monetario o sentimental, siempre que tenga un propósito en la vida que queremos crear.
¿Es muy fuerte decir que hay palabras que odio al organizar?
No quiero levantar ámpula con mis opiniones, la idea es crear conciencia de que no a toda la gente le viene natural el mantener sus espacios organizados y su vida en balance. Tal vez hablar de odio es demasiado fuerte, sin embargo, quiero atraer la atención para dejar de lado expectativas irreales. Se pueden presentar todo tipo de luchas internas y a veces externas en el tema del orden. Al final de cuentas, se trata de aportar una perspectiva diferente que haga sentido con algunas personas. Si a ti te cuesta mucho mantener tu entorno organizado, quizá es momento de que me busques para trabajar en conjunto.