No estamos en una etapa de postpandemia todavía, sin embargo, como organizadores profesionales tomamos muy en serio las medidas sanitarias.
Fui invitado a colaborar a la Conferencia Virtual de JALO de 2020. Se trata de la asociación en Japón de Organizadores de Vida, en ella junto con mis colegas del comité internacional de ICD® hablamos de cuál es el impacto del COVID además de cómo está nuestra situación actual como industria. Eso nos llevó a visualizar el mundo postpandemia, que en cierto modo ya lo vivimos, al menos en lo que atender clientes se refiere.
Cuesta arriba
Todos los meses anteriores han sido cuesta arriba. Ninguno de nosotros hemos estado al margen de la situación mundial. Unos más afectados que otros, hemos dado nuestra mejor lucha y cara a una situación en la que no tenemos control. Lo que, si podemos hacer, y que de hecho muchos organizadores profesionales de habla hispana hicimos fue establecer protocolos de seguridad y sanidad. Lo hicimos para cubrir varios frentes, nuestro propio bienestar, el de nuestras familias y por supuesto el de nuestros clientes. Determinamos mecanismos para conseguir garantizar el trabajo protegido, de la mano de las indicaciones que nuestras autoridades sanitarias marcaban como prudentes. El uso de mascarillas, barbijos o cubre bocas, caretas o lentes de protección, lavado constante de manos y uso de gel alcoholado. Sin olvidarnos del distanciamiento físico para evitar estar demasiado cerca. Todas son medidas que seguimos aplicando para mantener no solo calidad de servicio, sino también sanidad.
Sigamos en sanidad
Día a día nos recordamos los protocolos de sanidad. Día a día los aplicamos con cada servicio. Eso no implica que nos olvidemos de la sanidad mental. Lo mencionaba en el panel, como mexicanos y creo que, para muchas culturas, la manifestación abierta de efusividad es algo que nos caracteriza. Esa es la parte más complicada de esta pandemia. No poder besar, no poder abrazar, no poder estrechar manos, sin correr el riesgo de provocar un mal mayor. Casi es como vivir en un estado permanente del principio de no hacer daño, al no saber si somos portadores de un virus. Es por ello por lo que, vamos buscando maneras de seguir conectando con otros, aunque sea a través del uso de la tecnología. Así he volcado muchos de mis servicios al mundo virtual, pues tiene la conveniencia de un mejor control para el cliente y con el proceso es inevitable que aprenda habilidades de organización porque las hace guiado verbal y visualmente, más no físicamente. El contacto es clave para mantenernos sanos emocional y mentalmente, aunque de momento sea por medio de pantallas.
¿Cuándo viviremos en postpandemia?
La realidad es que no lo sabemos, pero creo firmemente que todo esto nos prepara para vivir en normalidad pronto. Se perfecto que la normalidad no es aquella normalidad de 2019, pero estoy convencido de que será mejor que la de 2020. Al final de cuentas haciendo balance, el 2020 me ha dejado más cosas buenas de las que me ha quitado. Además, como organizador profesional de espacios te aseguro, si nos llamas a tu casa para ayudar con el desorden, siempre se antepondrá tú seguridad y la de los tuyos.