“El Retroceso al organizar, no es un escenario poco común. Si hemos pasado una vida sin estructura al organizar, es normal sufrir algunos reveses”

La organización y su aplicación es un conjunto de sistemas estructurados para hacernos la vida más sencilla. Como todo en la vida, cuando no se nos da de manera natural o sencilla, hay necesidad de aprenderlo y practicarlo. Establecer un sistema exitoso, no es la excepción. Habrá algunas ocasiones que por diversas razones el sistema pueda presentar un retroceso.

NENUFAR

Amerita que esta publicación sea corta, porque no puedo armar toda una disertación, si al momento de leer, te encontrarás abatida por la sombra del “fracaso”. Hablemos pues, de manera muy rápida, clara y concisa de algunas maneras como puedes sobreponerte cualquier retroceso al organizar.

Retroceder es parte del proceso. Un retroceso al organizar, es aunque lo dudes, parte del proceso. Estás perfeccionando habilidades y técnicas para hacer tu vida más sencilla. Como parte de encontrar tu zona de confort, tendrás que hacer  intentos de prueba y error, esto aunque no lo hagas de manera plenamente consciente.

Retroceder no es fracasar. Recuerda los carritos de fricción; necesitaban que les arrastraras hacia atrás para ganar impulso. Al soltarlos el mecanismo hacía lo propio y se echaban a correr. Mira al retroceso como la cuerda que impulsará tu mecanismo, porque estuviste adelante y con mayor razón quieres volver. Unos pasos para atrás lograrán que llegues más lejos.

Retroceder te hará más fuerte. Perdiste el trayecto, pero recuerdas el camino, recuerdas a donde llegaste, por tanto, haber retrocedido te da una fuerza que no tenías. Obtienes del retroceso, una confianza renovada; eso junto con el camino previamente recorrido hace que la segunda vez sea más sencillo caminarlo.

Retroceder te hace cobrar consciencia. No puedes negar que al haber estado más aventajado en un camino determinado, y después haber regresado sobre tus pasos, te pone en un sitio desde el que puedes ver cómo comenzó la aventura, a que lugar te llevó, sacando de la experiencia, que ese punto a donde caíste, no es el sitio donde quieres terminar. Con ese nivel de consciencia adquirido por el retroceso al organizar, consigues ubicarte en otro plano de pensamiento.

No temas pues, retroceder. No sientas tristeza de haber resbalado por la ladera. Ponte de pie, limpia la hojarasca y tierra de tu atuendo, toma una bocanada de aire, piensa fuertemente, “vamos a seguir andando” y hazlo.  Es tan solo aprendizaje, ningún bebé aprendió a caminar, sin haber caído.