Hay muchas situaciones que propician desorganización en nuestros espacios. Desde afecciones físicas hasta la falta de sistemas adecuados.
¿Sabes cuántas situaciones que propician desorganización se pueden presentar a lo largo de tu vida? Lo más seguro es que con esta pregunta nos quedemos en pausa, casi como mirando al vacío del infinito. Como parte de la serie de fascículos que te traigo para reconocer los factores que contribuyen a la desorganización incluidos en los materiales de estudio del Institute for Challenging Disorganization®, te compartiré en las siguientes semanas los que tienen que ver con diversas situaciones de vida, de habilidad y hasta de carencia de sistemas. Como sabes, mi intención es desentrañar juntos lo que hay detrás del desorden y entenderlo más allá de la cantidad de cosas. En esta entrega solo veremos la capa externa de las situaciones que nos conducen a fallar en nuestros proyectos de organización. En las siguientes semanas, veremos más a detalle cada categoría.
Lo Físico
Los impedimentos y afecciones físicas, temporales o permanentes puedes interferir en todo intento de organización. Tener una movilidad comprometida o la necesidad de bastones, muletas, sillas de ruedas; la fatiga provocada por enfermedad o tratamientos, mala visión o malos patrones de sueño, son algunas de las tantas situaciones que propician desorganización.
Las Crisis
La vida es como un océano.Hay tiempos de calma, hay tiempos de tempestad. Las crisis o tempestades de vida interfieren también en el orden y en nuestra capacidad de organizarnos. Para muchas personas de hecho, es la principal causa de desorden en sus espacios. Emergencias de salud, cambio o pérdida de empleo, un accidente, la misma muerte en el seno familiar, son crisis que nos ponen el mundo de cabeza.
Las Habilidades
Yo recuerdo a mi madre diciendo “ve y ordena tu cuarto” o “tiende la cama”. Si mi memoria no me falla, no la recuerdo diciéndome cómo hacerlo. Eso es común. Se nos pide hacer algo pero pocas veces se nos explica cómo debemos ejecutar tal acción. En organización es importante aprender esas habilidades ya que no se adquieres por ósmosis. Toma en cuenta que tu desorden puede ser falta de habilidad.
Las Decisiones
La vida está hecha de decisiones, el desorden, de postergaciones. El mecanismo de decisiones es músculo que debe ejercitarse a la par de aprender a mejorar la habilidad. Si no tenemos una meta o misión clara, el proceso de decidir se vuelve confuso o se deja para después. Así se va construyendo el desorden, con un para después, con un por si acaso.
La Comunicación
Con comunicación todo, sin ella nada. Comunicarnos es importante a la hora de organizar, especialmente en espacios que son de uso comunitario. Las reglas del juego y la metodología de aplicación deben ser conocidas y entendidas por cada involucrado. Además, gestionar la forma de comunicación es importante puesto que la forma de decir las cosas puede impactar positiva o negativamente una conversación y por ende los resultados de un proyecto.
Las Transiciones como situaciones que propician desorganización
La vida es una mutación constante. La vida es movimiento. La vida es transición. Esas transiciones lo queramos o no, van a interferir de alguna forma en nuestro tren cotidiano de actividades. Resolver los disruptores de vida para eliminarnos o absorberlos lo más pronto posible, hace que la vida se enriquezca de la experiencia de transicionar y no se vuelva una pesadilla. No siempre es fácil y muchas veces requiere ayuda externa, no dudes en procurarla.
El Ambiente
Si el cuarto tiene forma rara, si el techo es muy bajo o muy alto, si no hay iluminación natural o artificial, incluso si la ventilación es inadecuada. Las características físicas de un espacio hacen que se propicie el orden o el desorden. Cada caso es único y por ello se deben tener en cuenta este tipo de variables al momento de organizar.
El Sistema
Claro que el sistema importa, ya sea porque tienes uno que resulta inadecuado a tu situación, ya sea porque careces de uno. SI tienes dudas de qué implica un sistema apropiado para ti y tus circunstancias, siempre puedes llamar a una organizadora profesional. Si tú eres organizadora profesional, entonces toma muy en cuenta la importancia de que el sistema sea personalizado al cliente.
¿Conoces más situaciones que propician desorganización?
Comparte con todos tus propias experiencias, tus tropiezos, tus dudas. Con gusto podré ayudarte a través de los comentarios y otras personas se podrán sentir identificadas con lo que te agobia.