Recién hable de una situación común y ahora lo aplico para que quede mas claro como uno de los pecados de organización, la complacencia o la incapacidad de decir no. Nos han educado a no ser egoístas, a ayudar al prójimo, a estar listos para darle una mano al necesitado, mas si se trata de un amigo o familiar. Ese sentido del deber se mezcla de manera muy peculiar con el deseo de complacer a la gente a nuestro alrededor, tal vez par ser notados, popular o considerados en el caso del ambiente laboral para una ascenso. Es completamente válido […]