Por lo regular todo mundo al llegar el mes de enero hace sus resoluciones para el nuevo año. Dejar de fumar, bajar de peso, leer más libros, cambiar de trabajo, terminar la escuela. Un sin fin de propósitos de toda índole se agolpan en las listas a veces sensatas, a veces disparatadas de todos. Pero no pasan ni dos meses del nuevo año y empezamos a ver como la buena intención que plagó esas listas comienza a diluirse cada vez más, del mismo modo como se diluye el café de refill de algunos restaurantes que yo conozco y no mencionaré, […]