A cuántos de nosotros nos es común que queremos realizar tareas que tenemos pendientes y por diversas razones ciertas o inventadas las dejamos para después. Uno de los principios alimentadores del desorden son los asuntos sin terminar. Revisar el correo, conciliar cuentas bancarias, ordenar el caos de alguna habitación, etc. Siempre pasa que algo nos interrumpe o utilizamos la desidia como instrumento de nuestra falta de acción. Para evitar dejar las cosas a medias vamos a revisar unos consejos que pueden venirnos de utilidad a la hora de terminar todo.
Cuidado con las interrupciones. En la medida que trabajamos en una tarea no terminada y suene el teléfono o llamen a la puerta será la medida de falla. Necesitamos ponernos a trabajar evitando al máximo las interrupciones, lo ideal es evitarlas todas, la realidad no siempre lo conseguiremos. Por eso determina la prioridad de la interrupción, es alguien que llama al celular y no es de vida o muerte, déjalo pasar seguro te llaman de vuelta o tu les llamas después. Pide a tu familia que no interrumpan en caso de estar en casa o en el trabajo de ser posible pide una cantidad razonable de tiempo para terminar lo que traes entre manos.
Administra el tiempo. Tiempo es clave, es tu llave al éxito al terminar proyectos. Determina si el tiempo que puedes emplear en una tarea es idóneo, si no es suficiente no te embarques en algo que de nueva cuenta dejaras a medias. Destina el tiempo necesario para que termines la labor porque no hay nada que invite más a la inconclusión que querer hacer algo que requiere 30 minutos en 15.
(Foto© propiedad de Alfredo Peña Uribe)
Hazlo ya. No dejes para después las cosas, el momento es ahora; si justo ahora tienes tiempo de terminar la tarea hazlo ya; acción que se transforme en resultado. Llegó el correo revísalo y responde; el bote de basura llegó al límite, ve a vaciarlo; mientras menos cosas dejes para después mas oportunidad tendrás de enfocarte a los que está sin acabar.
No al cajón de “por mientras”. Todos sin duda tenemos un cajón, canasto o rincón, donde ponemos las cosas “por mientras”. Descontinúa su uso poco a poco. Es un hecho que cuando necesitas algo que está en ese sitio te será más difícil encontrarlo por no estar en su lugar correctamente organizado. Una regla con ese cajón es que siempre lo que buscas esta hasta el fondo y tendrás que sacar todo antes de encontrarlo.
Si usas estas simples reglas, modificarás tu conducta a la hora de ordenar y prevendrás que el desorden aparezca.