Esta semana es la de los consejos, la cocina creo es la que merece hoy una atención especial. La razón es fácil de inferir, en ella tenemos que pasar buena parte del día preparando las comidas que han de nutrirnos, muchas veces en ella hacemos más de la mitad de las actividades que realizamos en casa, por eso es justo presentar unos consejos de cómo tenerla organizada siempre.

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Menos en más en cubiertas. No todos podemos darnos el lujo de decir que tenemos cocina grande, muchas veces ni siquiera es una habitación separada, por eso es importante que tengamos claro este concepto. Mientrás menos cosas a la vista tengas mejor, las cubiertas siempre deben estar despejadas y tener sobre ellas la menor cantidad de utensilios o electrodomésticos. Incluso si tienes una cocina grande, tener toda tu colección de eléctricos sobre las cubiertas hará que tu espacio se sienta ahogado, piensa en una cubierta como tu propio cuello, mientras más collares le pongas más sensación de ahogamiento te provoca a la vista.

Adiós a lo viejo. No quiero que vayas a usar de pretexto esto para ir de compras, a lo que me refiero es a decirte honestamente que cosas de todas las que pertenecen a la cocina utilizas realmente. Muchas veces vemos tanto adminiculo curioso, novedoso para hacer la vida más sencillla que nos hacemos hasta del pelador de las semillas de papaya y el secador eléctrico que le hace juego para poderlas usar como decía mi abuela para desparasitarnos de manera natural. Chasquea los dedos y haste despertar de tu sueño guajiro, nunca lo has usado y sabes que jamás lo usarás o acaso lo usaste el día que lo compraste. Así para con la cucharita, la cucharota y el cucharón, no llenamos de cosas que realmente no usamos, por eso a cantarles las golondrinas y dejar que se vayan, quédate con lo que sí usas y preferentemente cuando compres cosas de cocina que sean de calidad, hay tanta cosa que solo aguanta un uso y luego “por no tirar el dinero” se arrumba en el cajón.

Ordena por prioridad de uso. Si tienes artículos de hornear pero lo haces media docena de veces al año, tus cosas para hornear deben ir en las repisas más altas o las más alejadas, porque a la mano debe estar lo que usas a diario. En base a una categorización de la frecuencia de uso empieza a determinar los espacios que van a alojar tus utensilios.

Extensión fuera de la cocina. Vivo en una casa tan pequeña que un espacio debajo de la escalera fue habilitado como alacena, mi cocina es más una cocineta en un salón que funciona como estancia comedor y cocina. Técnicamente mi despensa no está en mi cocina, pero en ella puedo guardar todo lo que no es de uso cotidiano al fondo de la misma y cerca de la puerta lo que más uso. En casos similares también puedes habilitar una extensión de la cocina en el comedor o en un espacio en la sala, siempre que no altere su función o decoración. Supe de una organizadora canadiense que tenía una cocina pequeña y un baño muy grande de esos que tienen el inodoro en un pequeño cuartito dentro del baño y el resto lo ocupaba la bañera y el lavabo doble, tenía un desperdicio de espacio que se le ocurrió habilitar un gabinete con puertas y cajones en un rincón en el que guarda la vajilla que solo usa en las grandes ocasiones, la mantelería especial y cosas que requiere pero pocas veces al año. No es un pecado poner cosas que no van en un espacio determinado siempre y cuando sean de acuerdo a la prioridad de uso.

Correo y útiles al vuelo. Creo que buena parte de nosotros atendemos el correo en la cocina, del mismo modo las herramientas para labores pequeñas aterrizan ahí, que decir de las mochilas de los chicos cuando llegan de la escuela. No dejes que solo se acumulen, atiende el correo y organizalo al arribar; las mochilas si los niños hacen en la cocina la tarea, despáchalas a su lugar una vez que terminen; lo mismo con las herramientas o habilita un espacio para que se colequen ordenadas. Haz de tu cocina un centro de comando no un santuario del caos.

Acciones decididas y certeras son lo que hace que nuestra cocina sea un lugar de acogimiento, de disfrute, de alimento no solo del cuerpo también del espíritu, usa tu agilidad para que no se vuelva un desorden sobre todo cuando no tenemos espacios grandes.