La pérdida de un ser querido es una tragedia que conlleva un periodo de duelo que dependiendo de cada persona y las circunstancias del deceso o su proximidad varía enormemente. Habrá personas que puede tomarles un poco de tiempo aceptar los hechos de la vida y que con ella misma se entiende la idea de la muerte. Hay personas que son más aprehensivas ante la pérdida física del ser querido. En todo caso y pasado el luto emocional resulta necesario lidiar con las cosas del fallecido, desde papeles de importancia hasta pertenencias como ropa, ornamentos y mobiliarios. Con lo anterior se plantea la necesidad de un plan de acción para sobrellevar el golpe emocional de dejar partir las posesiones a las que irremediablemente se anclan los recuerdos.

© Nacho Eguiarte / NACHOrganiza
Tus sentimientos. Este es el componente primordial a cuidar durante la organización de las cosas de nuestro ser querido, tenemos que estar muy consientes todo el tiempo de lo que experimentamos y en caso de sentir agobio o malestar aminorar la labor e incluso detenerla. Muchas veces pensamos que hemos superado el dolor o que lo tenemos a niveles manejables pero la realidad que solo falta una fotografía o una bufanda para disparar toda una gama de sentimientos que se agolpan recordando de manera brutal la pérdida. Entonces siempre deberás escuchar a tu corazón para que no ignores la pauta que te dar para avanzar o detenerse.
Trabajo solitario o en equipo. Establecer si el partir de las cosas de la persona se hará en solitario o en equipo es necesario para que todas las personas involucradas estén en el mismo nivel de sanación emocional, para que en un momento dado por querer resolver un dilema no terminemos dando terapia de emergencia a uno de los integrantes del equipo. Como siempre aunque el fallecido sea pariente de varios no quiere decir que todos tengan el estómago para realizar una tarea que implica altibajos emocionales que pueden manifestarse de manera física. Hablar entre todos es lo que puede evitar desagrados a la larga.
Reglas simples. Determinar las reglas en todo proyecto de organización es la clave para llevarlo a término de forma idónea. Decidir qué hacer, como manejar las posesiones, si han de donarse, tirarse, heredarse o inclusive postergar el momento de la decisión de algunas cosas formando pilas con ellas, para ser atajadas en el momento emocional preciso. Dentro de las reglas es importante determinar los trabajos que cada individuo realizará en caso de ser un equipo el que trabaje. No olvides que para donar es importante pensar en las obras de caridad que el familiar apreciaba, para heredar tomar en cuenta a quién le hubiera gustado darle el objeto o en caso contrario quién de la familia o amigos lo tendrá en más estima. Lo que para mí es regla de oro es recordar que los recuerdos se guardan en la cabeza no en las cosas.
Pausas. Siempre que sean necesarias hacerlas, sean por estrés, por cansancio o por necesidad emocional. Deja incluso escapar el vapor, las lágrimas son parte del proceso de sanación.
Tranquilidad. Llevar las cosas con calma y tranquilidad. No puedes llevar un proceso de organización y ordenamiento en medio de un proceso de duelo si no tomas calma de las cosas, de los sentimientos y de la pérdida en sí misma. Calmadamente podrás avanzar, tal vez no muy rápido pero si en la dirección correcta.

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Dar tiempo al tiempo, conocer y permitir que los sentimientos hablen, respirar hondo y profundo, saber que aunque la presencia física ya no será posible, la presencia espiritual nunca nos abandonará. Todo un proceso en la organización emocional después de la pérdida de un ser querido.